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16 de septiembre de 2013
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Pasado y presente de las viejas universidades de Alemania

Heidelberg, Tubinga y Freiburg im Breisgau poseen tres de las universidades más antiguas del país. Su vitalidad y prestigio es el orgullo de estas ciudades.
Pasado y presente de las viejas universidades de Alemania
Heidelberg - Foto gentileza de Mónica Grimal

Texto Armando Cerra      Fotos Mónica Grimal
En Alemania hay cinco ciudades cuyas universidades hunden sus orígenes varios siglos atrás. Sus facultades poseen el prestigio de una dilatada historia así como su renovación constante hace que en el siglo XXI sigan siendo importantes focos educativos y de pensamiento para el país. Estas universidades son las de Marburgo, Gotinga, Heidelberg, Tubinga y Freiburg im Breisgau.
Las tres últimas, situadas en el estado de Baden-Württemberg, al sur de Alemania, son las protagonistas de estas líneas. Unas líneas que, lejos de las clases magistrales que se imparten en sus aulas, no son más que una invitación a conocer estas ciudades y la presencia histórica y contemporánea de las universidades en sus calles.
Por orden de antigüedad, la primera es la Universidad de Heidelberg, la más antigua del país, ya que remonta su fundación al año 1386. Semejante trayectoria académica hace que en la actualidad esta universidad aparezca siempre en el ranking de las más prestigiosas del mundo.
Ahí acuden curso tras curso estudiantes de cualquier parte del planeta. Y por ello se respira una ciudad juvenil e inquieta, lo cual contrasta con la elegancia de casco histórico. Por la zona antigua de la ciudad se camina plácidamente, ya que muchas vías son peatonales. Y durante el paseo se contemplan bellos palacios barrocos o diversas iglesias medievales y renacentistas.
En ese casco histórico está la antigua universidad, en torno a la Universiplatz. Allí se encuentra la Biblioteca pública alemana más antigua, que abrió sus puertas en 1421. Además está el edificio de la vieja prisión para estudiantes, ya que durante siglos la población estudiantil no estaba bajo la jurisdicción de las autoridades locales, sino que era responsabilidad de la Universidad, y sus gobernantes no dudaban en apresar a quiénes causaban altercados.Freiburg
Actualmente estos disturbios no son la norma. Todo lo contrario, la juventud proporciona un color especial a Heidelberg, sobre todo en ciertas zonas como el Marstall, un antiguo arsenal convertido en espacio de ocio o en la zona de los bares y animados cafés cercanos a la Karlsplatz.
Que hubiera un presidio universitario era algo habitual antaño. También en Tubinga la hubo. Aunque para prisión famosa en Tubinga, la Hölderlinturm, la torre amarilla a orillas del río Neckar donde permaneció encerrado 36 años el poeta romántico Friedrich Hölderlin, ya que había sido declarado un demente. Hölderlin, los filósofos Hegel y Schelling o el astrónomo Kepler, son algunos de los alumnos más insignes de los más de cinco siglos de historia de la Universidad de Tubinga.
Hoy, sus aulas son toda una referencia en ciertas materias, sobre todo en medicina. De sus aulas han salido varios premios Nobel y nutren de doctores a  muchos hospitales del país, sobre todo a los 17 de la ciudad, ya que todos ellos están asociados con la Universidad.
Para conocer con más detalle la historia y prestigio de esta Universidad es interesante ascender al castillo de Hohentubingen. Allí hay varios departamentos universitarios, así como un museo que muestra las colecciones históricas que profesores y alumnos han ido recogiendo con el paso de los siglos.
Y para concluir, la universidad de Freiburg im Breisgau, quizás la más rabiosamente contemporánea, y eso que la universidad se fundó en el siglo XV. Pero, actualmente se especializa en cuestiones de ecología y medio ambiente. De hecho, con la Universidad en Freiburg se asocian el Instituto Alemán para la Ecología, el Consejo Internacional para iniciativas ambientales o la Sociedad Internacional de Energía Solar.
TubingaTodo ese bagaje científico se manifiesta en las calles de Freiburg, donde las reinas absolutas son las bicicletas, cuyo número duplica al de coches. Y eso que el adoquinado y los estrechos canalillos de agua del casco histórico complican su circulación. Por cierto, si se visita Freiburg y se mete el pie en esos canalillos, la tradición dice que se acaba casado con alguien de la ciudad.
Aún así, las bicis se ven por todos los lados, pero especialmente en el Puente Azul que conduce a la Universidad. Por ahí pedalean miles de estudiantes todas las mañanas. Muchos para estudiar las nuevas energías y desarrollar la implantación de las energías renovables y con ello evitar las amenazas del abuso de las energías tradicionales. De todo ello, se ven multitud de ejemplos en el propio casco urbano, donde son habituales las placas solares, e incluso el propio estadio de fútbol se ilumina íntegramente con energía solar.
En definitiva, estas tres ciudades y sus viejos centros universitarios, son en sí mismos una lección de cómo el progreso está íntimamente ligado a la educación.
Cuéntanos si has estado en alguna de estas u otras ciudades universitarias

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