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11 de julio de 2012
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La Santa Trinidad de los Buenos Aires

Buenos Aires es una ciudad tan única como cualquiera. Hay tantas maneras de conocerla como calles para caminarla. Una de ellas es a través de sus personajes famosos, que son sinónimo de la capital argentina.
La Santa Trinidad de los Buenos Aires
Siguiendo los pasos de Evita, Borges y Gardel
por Rodrigo Carretero

Evita

Primero las damas, como corresponde. Partiendo desde el barrio de Balvanera, y por entre pensiones se llega a la intersección de la actual Perón, ex Cangallo y la 9 de julio. En el Teatro Comedia, hoy desaparecido, Eva hizo su debut en las tablas porteñas. El Teatro Cómico, hoy Lola Membrives (Av. Corrientes 1280), corre el telón de la Broadway porteña. Aquellas luces deslumbraron a una joven Eva, encandilada en su afán de lograr un reconocimiento artístico. La otrora angosta calle Corrientes fue testigo de su devenir, de largas esperas, de penosas frustraciones, de efímeras glorias y de muchas charlas de café. El radioteatro fue su próximo paso y una visita al imponente edificio de Radio Nacional en Maipú 555, recordará esa etapa. Paso a paso, vamos llegando hasta el Luna Park, Av. Corrientes y Bouchard, cuando a fines de enero de 1944, conoce al entonces coronel Juan Domingo Perón.

Ya nada sería igual en la vida de Eva. En 1946 inauguró la sede de la “Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón”, cita en la actual Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires. A la vuelta, en Azopardo 802, se alza el edificio de la CGT (Confederación General del Trabajo). Su famoso discurso de renunciación, se escuchó desde la avenida 9 de julio y Moreno, donde hoy se ubica el ex edificio del Ministerio de Obras Públicas. Un gigantesco mural de su rostro lo recuerda. La muerte le llegó pronto, con apenas 33 años. Paso sus últimos días entre el Instituto del Diagnostico,  (Marcelo T. de Alvear 2346) y la por entonces residencia presidencial, la Mansión Unzue, ubicada en la manzana delimitada por Avenida Las Heras, Agüero, Av. Del Libertador y Austria. Hoy funciona allí la Biblioteca Nacional.

Desde 1974, su cuerpo, al fin, descansa en paz en la bóveda de la familia Duarte en el Cementerio de la Recoleta. Un lugar de peregrinación, de admiración y de suma curiosidad y snobismo en partes iguales. Estar cerca de Evita es el pretexto de los turistas. Una visita al Museo Evita es irrenunciable. http://museoevita.org/sp/

Jorge Luis Borges

Empezemos por “este río de sueñera y de barro”. De allí hasta la calle Tucumán 840, donde en 1899 nació Jorge Francisco Isidoro Luis Borges. Un soplo nomás y ya estaremos en el barrio de Palermo. “La manzana pareja que persiste en mi barrio: Guatemala, Serrano, Paraguay y Gurruchaga”. Hoy un neo barrio, de moda, de liviandades, de hoteles boutique y lujo con ladrillo a la vista. Ayer, el barrio de Borges, “Un almacén rosado como revés de naipe”. Quizás en los pocos adoquines que aun resisten el tiempo pueda el turista descubrir las huellas del gran escritor. Recorrer Buenos Aires de la mano de Borges es perderse en un laberinto imaginario, quizás sin nunca querer encontrar la salida, sabiéndose el turista, tan cómodo en su confusión. Por eso, la mejor opción es hacerlo a través de sus libros. En “Un modelo para armar”, se mencionan el Hotel Alvear, el Café Tokio, la estación de Retiro y el antiguo Balneario Municipal. En la avenida Garay se encontraba el escondite del Aleph. En los nuevos cuentos de Bustos Domecq se citan el Departamento de Policía, el barrio de Villa Luro, la Plaza Constitución, la avenida Corrientes y la esquina de Mansilla y Ecuador, donde vivían Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo.

Sus cuentos son guías fantásticas. Leer Borges es conocer Buenos Aires. Uno y otro son eternos como el agua y el aire… Más información en: http://www.fundacionborges.com/

Carlos Gardel

Quizás haya nacido en Francia o a lo mejor, un poco más cerca, en Tacuarembó, Uruguay, pero lo cierto e innegable es que Carlos Gardel es Buenos Aires. Inseparables casi desde la cuna, acercarse a Gardel es animarse al alma de la ciudad. En Uruguay 162 se hallaba la pensión que fuera el primero de muchos hogares de paso. En el Colegio San Carlos (Don Bosco 4002) hizo sus primeras armas en la educación y maravilló en el coro del colegio, donde compartió lugar junto al luego santificado Ceferino Namuncurá. Trabajaba en el Once, cantaba en el Abasto. Lo boliches del barrio quedaban mudos ante su voz. El morocho del Abasto fue haciéndose conocido y casi lo pierde todo en una trifulca en el Palais de Glace, (Posadas 1795), donde fue herido de bala por una patota de niños bien.

En la esquina de Esmeralda y Avenida Corrientes se ubicaba el Teatro Odeon. Allí Gardel estrenó lo que se conoce como el primer tango cantado, “Mi noche triste”. Hoy, esa esquina vive triste de noche y de día, un estacionamiento público es la vergüenza del no respeto por nuestra identidad cultural.

Caminar la avenida Corrientes es seguir la línea de vida de Gardel. Desde el Luna Park, en milonguera procesión, se llega al Cementerio de la Chacarita, donde reposa. En el Abasto, desafiando a la mole del mall, se levanta una estatua en su honor y a pocas cuadras se ubica el Museo Casa Carlos Gardel, (Jean Jaures 735), http://museos.buenosaires.gob.ar/gardel.htm

Si has estado en algún lugar de Buenos Aires, que recuerde a algún personaje famoso que haya vivido en la ciudad, contanos en nuestros Relatos de Viajero

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