La isla de Tonga

Formando parte de la Polinesia, este grupo de islas hacen su aparición en el mapa turístico para deslumbrar a todo aquel viajero que disponga de su tiempo de ocio en aquellos lares. 
Cualquiera que observe una sola fotografía tomada en una de las tantísimas playas paradisíacas del archipiélago de Tonga, no pondrá en duda la veracidad de muchos relatos de aventura en los que piratas y navegantes hacen sus apariciones en escenarios que, hasta el momento de conocer estas latitudes, no eran más que ficción. La naturaleza de estas tierras es tan pródiga, que cuesta pensar que exista un lugar con características tan afables. 
Enmarcadas por las virtuosas aguas del Pacífico, las islas que conforman el Reino de Tonga, se pueden agrupar en cuatro conjuntos, siendo Tongatapu el más poblado de todos. Un paseo por su capital -Nuku Alofa -permite adentrarse en la cultura más primitiva de sus residentes, puesto que allí mismo se aloja la familia real, como también se encuentra una vastedad de sitios históricos referentes de sus tradiciones, por ejemplo, las tumbas reales. 
Si la intención es captar el espíritu tongano, su estilo de vida y las costumbres que más los distinguen, entonces es recomendable desembarcar en el segundo archipiélago del Reino: Ha’apai. Mujeres, hombres y niños demuestran a simple vista que la tranquilidad parece ser la esencia de esas tierras. Aquí, la vida tiene su propio ritmo, un ritmo que parece ser dictado por las ganas, el buen trato, el trabajo y la religión, muy presente en la rutina de los tonganos. 
Cambiando un poco el rumbo, hacia el norte de Ha’apai, la naturaleza toma el papel protagónico. Cálidos días se pueden vivir en las arenas de alguna de las playas de Vava’u. Elegidas por turistas que siempre buscan más, en estas tierras del Reino de Tonga, se hallará la naturaleza en el estado más puro, pues unos gigantes pueblan las aguas para ofrecer un espectáculo natural pocas veces visto. Las ballenas jorobadas aparecen en escena a partir de junio y deleitan al ojo curioso. Aquí, toda la infraestructura turística está puesta al servicio del cuidado de estos magníficos animales, permitiéndole al turista gozar de un avistamiento sin irrumpir en los hábitos propios de las yubartas, más conocidas como ballenas jorobadas. 
La claridad de las aguas, la vida marina y el clima, hacen de este sitio un lugar ideal para la práctica del kayakismo, el snorkel y cualquier otra actividad que solo requiera tranquilidad y deseos de respirar naturaleza. Sin embargo, la excursión obligada para quienes se decidan por un destino tan difícil de describir con palabras, es el buceo, puesto que unas impresionantes barreras coralinas ornamentan las aguas del Pacífico. 
Como dato a tener en cuenta, es que no todas las islas están pobladas, lo que las vuelve realmente un atractivo único para quienes disfruten de una particularidad pocas veces vista. En este sentido, algunas de ellas ofrecen un solo alojamiento de alta categoría, lo que lo transforma en auténticos centros de relax y energía. 
Si de gastronomía se trata, en cualquier punto del Reino de Tonga se puede acceder a un menú tradicional, en el que no puede faltar el coco o la sandía. Debido a su cercanía marina, una gran variedad de moluscos y pescados se hacen presente en las comidas de los tonganos, del mismo modo, se hace imprescindible la degustación de sus exóticas frutas. Sus platos más populares son el pulu'lu, la vai'siaine y la kava. Carne, sopa y bebida respectivamente, demuestran que la cocina es altamente variada, no solo en sabores sino en ingredientes, apta para todos los gustos y dietas. 
La belleza natural, hasta no hace mucho escondida para el mapa turístico, es la protagonista única del Reino del Tonga. Así, todos los sitios del archipiélago son representantes nobles de la Polinesia. Por su historia política y social, no solo los impactantes escenarios naturales son un atractivo, sino también la idiosincrasia del pueblo tongano es una valiosa experiencia.