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12 de enero de 2009
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De otras tierras

Las inmigraciones europeas al nuevo continente hicieron furor a principios del siglo XX y hoy existen ciudades que parecen importadas directamente de aquellos países. La cultura, las costumbres y la arquitectura de estos lejanos países europeos siguen latiendo en algunos rincones de América.
De otras tierras

El museo histórico de Giaman, en la antigua estación del ferrocarril (clickear para agrandar imagen).Los vaivenes que durante los primeros años del siglo XX sumieron a Europa en una gran crisis, hicieron que millones de personas inmigraran a América. El “nuevo” terreno americano sirvió de refugio a las golpeadas masas europeas, que encontraron tranquilidad y prosperidad.

Hoy, un siglo después, a lo largo y a lo ancho de América se encuentran ciudades que conservan las antiguas costumbres, tradiciones y estilo que tenían sus antepasados cuando por primera vez pisaron esta tierra. Estas ciudades son muy especiales ya que son un fiel reflejo del estilo arquitectónico europeo y su ritmo de vida también sigue los parámetros del viejo continente.

Una de las comunidades más excéntricas y distintas al resto del mundo son los Amish, mayoritariamente asentada en el este de Pennsylvania en EEUU. En 1681, William Penn invitó a las minorías religiosas perseguidas de Europa a emigrar a su nueva colonia llamada Pennsylvania. Muchos suizos, suecos y alemanes refugiados aceptaron su invitación y se establecieron en granjas en el este de esta zona.

La cultura local sigue siendo influenciada por la nacionalidad de los primeros en llegar a Estados Unidos. La concentración más grande de Amish está en el condado de Lancaster, 100 kilómetros al este de Filadelfia. Toda la zona está plagada de artesanías Amish, restaurantes Amish y museos que recorren la historia de estas comunidades tan cerradas al mundo como apasionantes.

Transitando la ruta que va desde Lancaster a Filadelfia, uno parece haber entrado en otro mundo, donde las carretas son el medio de transporte y las granjas sin electricidad y comodidades modernas se multiplican. Los Amish se visten como lo hacían en el siglo XVI, con colores oscuros y tienen una vida simple orientada hacia su familia, que exalta el trabajo duro y la bondad de la religión.

Hoy en día, los Amish no rechazan toda la tecnología moderna. Selectivamente aceptan ciertas conveniencias modernas en sus propios términos. Toda tecnología que tiende a romper la unidad familiar, la armonía de la comunidad o el desarrollo espiritual es rechazada.

Capillla Bethel, en Gaiman (clickear para agrandar imagen).Un poco más al sur, en la Argentina existe Villa General Belgrano, en la provincia de Córdoba. La Villa es un pueblo de estilo centroeuropeo con excelente gastronomía y un variado calendario de eventos. Este estilo comenzó a forjarse en el año1932, con la llegada de inmigrantes de origen Alemán, Suizo y Austríaco. En 1940 Villa General Belgrano tuvo un importante desarrollo con la llegada de los marineros del acorazado "Graf Spee", quienes comenzaron a trabajar junto a los lugareños para construir este pueblo que tiene un inconfundible estilo arquitectónico alemán.

Se cree que los alemanes Paul Friedrich Heintze y Jorge Kappuhn fueron los fundadores de la Villa y quisieron crear una colonia agrícolo- ganadera autoabastecida, que funcionara como una cooperativa a la manera germana. Entre 1960 y 1970 se empezaron a celebrar fiestas típicamente europeas como la Fiesta de la Cerveza, la Fiesta de la Masa Vienesa, la Fiesta del Chocolate Alpino, la Feria Navideña y el Carnaval Tirolés.

En la Patagonia Argentina existe la colonia galesa más grande del país: Gaiman. Esta ciudad se encuentra a menos de 20 kilómetros de Trelew y desde sus costumbres hasta la arquitectura, pasando por el clima, todo se asemeja a Gales. Los primeros colonos galeses trajeron la costumbre del té y esta ciudad es muy famosa por sus casas de té, donde se venden las tradicionales tortas negras galesas, las tartas de crema y el pan casero. Las típicas capillas de Gran Bretaña se multiplican por la tierra patagónica y son el centro de las tradiciones. También se puede visitar el Museo Regional Galés y la primera casa que se construyó en Gaiman.

Pomerode, en Brasil, mantiene intactas las costumbres alemanas (clickear para agrandar imagen)No es noticia que Brasil fue uno de los mayores receptores de inmigración alemana en el continente. Por eso, este país tiene pequeñas ciudades que parecen haber escapado de Alemania para insertarse en el trópico brasileño. Blumenau es uno de los casos, ya que muestra de muchas formas su herencia. Las casas, las estatuas y los edificios públicos son el reflejo del tradicional estilo alemán. La ciudad queda en el Vale do Itajaí, en Santa Catarina, y fue fundada en 1850 por 18 inmigrantes germanos. Muchas empresas alemanas también tienen sus fábricas allí. Además, desde siempre se festeja el Oktoberfest, donde se toman casi 300 mil litros de cerveza. El punto más famoso de la ciudad es el Castillo Moellman, una réplica de la Municipalidad de la ciudad alemana de Michelstadt.

A unos pocos kilómetros de Blumenau se encuentra una ciudad más chica, llamada Pomerode, donde también está muy arraigada la cultura alemana y con bellezas naturales típicamente tropicales. Las casas están hechas con materiales locales, pero con estilo germánico, espectaculares de ver. La mayoría de los habitantes de Pomerode habla con fluidez el alemán y existen muchos grupos en los que se dedican a bailar danzas típicas.

Más información:
www.elsitiodelavilla.com
www.pomerode.sc.gov.br
www.gaiman.gov.ar

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