De barrio en barrio para viajar como un hipster

Por Henar Riegas
De un tiempo a esta parte el término hipster está en boca de todos. No en vano, esta tribu de nuestro tiempo es la que aglutina a los gurúes de la modernidad. Los hipsters – jóvenes urbanos de entre 20 y 40 años, con profesiones liberales y amplias inquietudes culturales- son considerados cazadores de tendencias. Con sus barbas pobladas y largas, sus bigotes, sus gafas de pasta, sus pantalones pitillo, sus vinilos recuperados, su tablet y su smartphone siempre online, trabajando en espacios de coworking y a bordo de sus bicis recicladas, los hipsters adoptan barrios por las ciudades del mundo y los convierten en mecas para los que buscan un ocio alternativo y selecto, una gastronomía sofisticada y saludable, bares y negocios con decoración vintage, música indie, propuestas culturales alternativas o comercios de productos selectos y, con frecuencia, orgánicos y locales.
Nunca de la nada
Los barrios hipsters no son vecindarios inventados de la nada, al contrario. Tienen historia, mucha vida transitada, gente de siempre, comercios que conservan la identidad del lugar, trabajadores que recorren su vida cotidiana, hábitos mundanos, relaciones, rincones bulliciosos y esquinas silenciosas. No son lugares de paso, son espacios habitados de verdad con una idiosincrasia reconocible sin la pretensión de convertirse en una imagen de postal. Ahí está la clave, ahí reside el encanto conquistado por estos modernos contemporáneos que rescatan lo viejo para convertirlo en un must sin desvirtuarlo demasiado.
Para modernos reconocidos, para aspirantes a bohemios contemporáneos y para viajeros curiosos en general recolectamos algunos de los barrios  más hipsters del mundo.
Williamsburg (Nueva York)
Este barrio de Brooklyn es uno de los destinos más significativos de esta tribu. Dicen los expertos que Nueva York ya tiene otros que compiten con fuerza para quitarle la supremacía pero Williamsburg sigue siendo una referencia hipster. Sus propuestas, muchas. Por ejemplo, el East River State Park donde los fines de semana se extiende un mercado en el que comprar comida, antigüedades, libros o ropa mientras se contempla una extraordinaria vista de Manhattan.
Malasaña (Madrid)
Malasaña, que engendró la movida madrileña de los 80 es hoy el barrio hipster por excelencia de Madrid. Ubicado en el centro de la capital, sus callejuelas esconden verdaderos tesoros que obligarán a los recién llegados a dar varios paseos para encontrarlos todos. Las tabernas tradicionales conviven con los nuevos cafés. Las tiendas de siempre se complementan con los negocios retro donde encontrar casi de todo. Hay librerías minúsculas y espacios recuperados con propuestas de ocio diferente. Y las plazas mezclan, en una relación perfecta, a los vecinos de siempre, a los niños que siguen jugando en la calle y a los modernos que se han enamorado del barrio.
Ostiense (Roma)
Cuando pensamos en Roma imaginamos el Panteón o el Coliseo, el Foro, las fuentes que dan suerte y el Renacimiento italiano. Para la mayoría ir a Roma es contemplar esa belleza que perdura y envejece con elegancia pero hay mucho más. Ostiense es el barrio hipster de la ciudad eterna. Este barrio industrial de trabajadores cuenta, por ejemplo, con un lugar tan interesante como Gasometro, un espacio abierto, a la orilla del Tíber, que ofrece una interesante variedad de propuestas para el ocio y la cultura.
Södermalm (Estocolmo)
En Estocolmo más que de barrios podemos hablar de islas. En la de Södermalm, además de poder comprar ropa rescatada de otras décadas, descubrir buenos libros junto a una taza de café, visitar museos con propuestas diferentes o aparcar la bici sin problemas, podrás pasear por el Sofo, una adaptación, al menos nominal, del Soho londinense.
Beyoglu (Estambul)
Estambul es un destino atractivo por muchos motivos. Ahora, además de todos sus imprescindibles también se puede disfrutar de su enclave más alternativo. Beyoglu es el distrito ideal para callejear descubriendo interesantes galerías de arte, degustando sabores menos convencionales o rebuscando tesoros en sus tiendas.
Florentin (Tel Aviv)
Los hipsters de Tel Aviv han encontrado en Florentin el vecindario ideal. Hay edificios industriales que se mezclan con el urbanismo actual; hay tiendas y comidas en las calle y, como no podía ser de otra manera, suena mucha música. La historia, en Florentin, se pinta de modernidad para mostrar otras posibilidades.
Shimokitazawa (Tokio)
En Shimokitazawalos tamaños de las casas desafían las alturas de los grandes rascacielos de otros distritos de la capital japonesa. Y eso se nota en el ritmo. Y en la oferta. Como no podría ser de otra manera hay salas de teatro y negocios de segunda mano. Hay tiendas de discos para revolver entre sus vinilos y encontrar viejos o nuevos descubrimientos musicales y por supuesto, cafés variados con buena música y decoración atemporal donde hacer una parada para tomarse algo.
Palermo (Buenos Aires)
Hace tiempo que Palermo es el barrio porteño que asume las tendencias y las incorpora casi de manera natural. Entre sus edificios hermosos y sus adoquines envejecidos se encuentran sus habitantes habituales y los visitantes ávidos de esa modernidad que no traiciona el espíritu slow al que los hipsters rinden culto. Hay en sus calles calma para comer rico y saludable, para conversar en cafés que valoran el tiempo o para eternizarse en librerías de las que no querrás irte.
Hipsters o no hipsters, no está mal descubrir propuestas para vivir las ciudades de otra manera, para no tener prisa, para cuidarse, para encontrar placeres y para ser parte del barrio, se sea local o visitante.