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21 de November de 2008
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Un desierto que es un paraíso

Parece una contradicción, pero en este caso no lo es: el Parque Nacional dos Lençóis Maranhenses, en el nordeste de Brasil, sorprende con sus 155 mil hectáreas de arena ondulada y sus lagunas de agua de lluvia.
Un desierto que es un paraíso

Aunque nuestros ojos quieran creer que se trata de un espejismo, finalmente deberán rendirse ante la diáfana belleza de la realidad. El interminable horizonte de dunas blancas de hasta 40 metros de altura indica que se trata de un desierto. Y, sin embargo, las innumerables lagunas de aguas azules y verdes, que interrumpen aquí y allá la monotonía del ondulado, revelan que se trata de algo más. Hay vida en este arenal. Llueve. Hay agua. Hay colores. Y hay magia.

Este espectáculo imponente e insólito por su combinación es el que ofrece el Parque Nacional dos Lençóis Maranhenses, una reserva natural que ocupa 70 km del litoral brasileño y avanza 50 km en dirección al interior del continente.

Ubicado en el estado preamazónico de Maranhão, en el nordeste del país, el parque fue creado en 1981 para proteger las 155 mil hectáreas que ocupa ese ecosistema tan particular en el que las potentes y abundantes lluvias que riegan la zona de diciembre a junio forman piletas naturales de hasta cuatro metros de profundidad. El resultado no puede ser otro más que un paisaje tan irreal como bellísimo.

¿Cómo llegar?

El parque está bastante alejado de zonas urbanas y no tiene carreteras de acceso directo. Por eso, el viaje hasta allí es dificultoso y cansador. Pero vale realmente la pena.

Barreirinhas, un pueblo recostado a orillas del río Preguiças, es la puerta de entrada al parque. Para llegar hasta allí desde la ciudad de São Luis, capital del estado de Maranhão, es posible optar entre la vía aérea o la terrestre. En el primer caso, el viaje dura alrededor de 50 minutos y permite apreciar el paisaje en todo su esplendor. Hay que tener en cuenta que la pista de aterrizaje de Barreirinhas sólo recibe aeronaves de pequeño porte. El viaje en automóvil u ómnibus demanda tres horas en promedio (son 272 km por rutas asfaltadas).

Una vez en Barreirinhas, para llegar a los Lençóis es preciso navegar por el río Preguiças. El barco de línea regular lleva cerca de 4 horas de viaje hasta la desembocadura del río en el mar, donde se accede al parque. Otra opción es alquilar una lancha, que hace el trayecto en aproximadamente una hora y media. Agencias de viaje especializadas en ecoturismo también disponen de diferentes combinaciones completas para la región.

¿Cómo visitarlo?

Para conocer los Lençóis es necesario enfrentar las dunas y la temperatura elevada, siempre en compañía de un guía local. Pequeños paseos pueden hacerse a pie. Pero, para distancias más largas, se aconseja el uso de vehículos 4x4 o, inclusive, del tradicional burro. El fuerte calor es compensado por el baño refrescante en las lagunas cristalinas y en las playas desiertas.

La mejor época para conocer las arenas blancas y las enormes dunas es en el período de las lluvias - entre diciembre y junio - cuando las lagunas de aguas azules y tibias, óptimas para baños, están llenas. La aventura puede prolongarse para quien desea conocer los pueblos aislados dentro del área de los Lençóis Maranhenses, como Queimada dos Britos y Baixa Grande. Son caminatas que llevan de ocho horas a un día y exigen la presencia de un guía con experiencia. Una opción es ir hasta la pequeña ciudad de Santo Amaro do Maranhão, en la otra punta del Parque – distante 100 km de barreirinhas -, que tiene como mayor atracción la Lagoa da Gaivota. Para llegar allí es necesario alquilar un jeep en Barreirinhas.

¿Qué hacer y visitar?

La Laguna Azul es la más famosa por su belleza. En el interior del Parque hay también dos oasis, el llamado Queimada dos Britos y el Baixa Grande. Y en sus márgenes hay grandes manglares. En las playas, se pueden encontrar cangrejos y tortugas marinas. Ya las lagunas, reciben la visita de aves migratorias, como el maçarico, la Marreca-de-asa-azul y el Trinta-réis, que paran allí para descansar y alimentarse. La aventura de esa visita comienza en la pequeña ciudad de Barreirinhas, de donde salen los paseos de barco por el Río Preguiças. La mejor época para visitar la región es en el período lluvioso - de diciembre a julio - cuando las lagunas están más llenas y menos cálidas.

Hay grandes lagunas en el área de los Lençóis, como la Lagoa Azul y la Lagoa Bonita. Muy buscadas para baños tienen aguas azules y cristalinas. Pueden ser conocidas por medio de paseos de jeep que salen de Barreirinhas. Para ver la Lagoa Bonita, es necesario atravesar el Río Preguiças en balsa y, después, seguir en jeep por una senda de arena durante dos horas. Llegando allí, todavía es necesario subir una duna de 40m de altura para llegar a la laguna – con el auxilio de una cuerda de apoyo, claro. Para la Lagoa Azul, el recorrido es de apenas una hora hasta las dunas, y muchas personas prefieren hacerlo al final de la tarde, para contemplar el hermoso poner del sol que el local proporciona.

Sobrevolar la región proporciona uno de los más bellos ángulos de visión del paisaje. Desde lo alto, se ve la inmensidad de dunas blancas entrecortadas por las lagunas coloridas. El vuelo acompaña el lecho del Río Preguiças, que atraviesa todo el parque y está rodeado por vegetación nativa, especialmente de palmeras.

Quienes deseen pasar la noche en la zona, puede acampar en la aldea de Caburé, donde también hay posadas y restaurantes.


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Más información:
» www.braziltour.com
» www.turismo.ma.gov.br
» www.parquelencois.com.br

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