Taxco, donde todo lo que brilla es plata

Por Verónica Luna
Aletargada en el tiempo, Taxco tiene un andar perezoso. Como si todo el peso de su historia se apoyara con intensidad sobre sus espaldas cansadas. Sus construcciones antiguas son un símbolo del lento ritmo con el que el tiempo transcurre. La belleza arquitectónica permanece intacta realzando emblemáticos edificios de una época de esplendor.
La explotación minera fue el motor de desarrollo de Taxco. Sus minas son las más antiguas del continente americano. El metal plateado, que brotaba a montones desde las entrañas de la tierra, fue el alimento de una industria basada en la platería. Después, cuando la rentabilidad no fue suficiente, el resultado fue el cese de la actividad minera. El lugar de principal fuente de ingresos pasó a ser ocupado por el turismo.
Taxco está ubicada a unos 270 kilómetros de Acapulco, y unos 170 kilómetros al suroeste de la ciudad de México. Es uno de los principales centros turísticos del Estado de Guerrero. Acaso el metal plateado que fluye por sus venas, el mismo que dio origen a tantas piezas de orfebrería, fue el que terminó por configurar a la propia Taxco como una auténtica joya.
Sus construcciones coloniales, la naturaleza que la rodea, el paisaje delicioso y la calidad de su platería le otorgaron el título de “Pueblo Mágico”. Y ciertamente lo es. Sus casas antiguas conservan los rasgos característicos de la época virreinal. Sus calles empedradas conducen a callejones y plazas. Sobre el conjunto urbano destaca el Templo de Santa Prisca. La Catedral  que fue construida a mediados del siglo XVIII  tiene en su fachada dos torres, columnas y esculturas realizadas en cantera rosa. Es albergue de magníficas obras pictóricas y tiene un antiguo órgano de origen español. En su interior los retablos son exponentes del estilo churrigueresco, tendencia que dominó en la ornamentación barroca española y que tuvo preponderancia sobre todo en los virreinatos de Nueva España y Perú.
Otras construcciones que son representativas de la ciudad son el Museo de Arte Virreinal, conocido como la Casa Humboldt, la Casa Borda donde funciona el museo de arte sacro y artesanías locales, el ex convento de San Bernardino –que data del siglo XVI- y el Museo Arqueológico Spratling. En todos ellos, además del patrimonio que contienen, se puede apreciar la arquitectura típica virreinal.
La impronta de la ciudad está marcada por la plata. El metal se respira en el ambiente de Taxco. Forma parte de su identidad. Trabajada primero por los pueblos originarios olmecas, toltecas y chontales, con la llegada de los españoles la actividad se concentró en la elaboración de piezas sacras. En los mercados se pueden recorrer puestos de artesanías y joyería realizados en el plateado fruto de la tierra, así como visitar el Museo de la Plata. En la calle San Agustín, a pocos metros de la Catedral, se acumulan más de 20 platerías y talleres en los que se puede observar el trabajo de los artesanos. En el mes de abril se celebra la Feria Nacional de la Plata, que es un motivo más que atractivo para visitar la ciudad.
Desde el teleférico, que alcanza una altura de 173 metros, puede obtenerse una vista completa de la ciudad. Otros sitios que pueden visitarse son el Cristo de las Alturas, en el cerro Atache. A pocos minutos del centro urbano, se puede entrar en contacto con la naturaleza a través de la visita al Cerro Huixteco, el más alto de la zona. Desde allí, la visión del paisaje circundante es impactante. El lugar cuenta con servicios de camping y senderos para la práctica del trekking y actividades de turismo aventura.
El Parque Nacional Grutas de Cacahuamilpa, ubicado a 30 kilómetros de Taxco, reserva para el asombro de los visitantes formaciones de estalactitas y estalagmitas. El recorrido invita a jugar con la imaginación descubriendo figuras moldeadas por las filtraciones en la piedra kárstica a través de miles de años. Pero no es la única caverna. El Parque tiene una extensión de 1600 hectáreas. En las grutas pueden realizarse diversos recorridos, incluso a través de ríos subterráneos. También se practican deportes extremos como el rappel, escalada y tirolesa.
La gastronomía típica de Taxco arrastra en sus sabores la intensidad de su historia. Muchos de sus secretos e ingredientes  utilizados son prehispánicos. Entre las especialidades están los caldos y tacos con insectos jumiles. Estos insectos que se obtienen del tronco de los encinos, estaban considerados un alimento sagrado. Se los come vivos, o también preparados con mole. El momento ideal para degustar los platos tradicionales es durante la Fiesta del Jumil que se realiza en el mes de noviembre.
Taxco es un lugar pintoresco. Rodeado de montañas y el verde de los árboles, conserva una atmósfera propia donde se lucen sus construcciones antiguas y la fuerza de sus tradiciones. Es un pueblo mágico donde todo lo que brilla es plata.
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Fotos: everystockphoto.com