Parque Nacional Madidi: la fuerza natural de Bolivia

Por Verónica Luna
Los buscadores de paisajes rebosantes del tesoro que se percibe en cada verde de las hojas, en el sonido de los cursos de agua que serpentean incansablemente, en el inagotable canto de las aves, y en el furtivo paso de algún animal, encuentran en el Parque Nacional Madidi un auténtico paraíso.
Las coordenadas para dar con este eslabón en la cadena de áreas naturales más importantes del globo, hay que buscarlas en el noroeste de Bolivia. En el Departamento de La Paz, al límite con Perú, y lindante con otras áreas naturales, esta reserva es uno de los lugares del mundo que concentra mayor biodiversidad. Desde la alta montaña hasta la llanura amazónica, la gama de vida que se despliega en la región es ilimitada.
La variación climática está en consonancia con los cambios en la geografía del terreno. En la zona cordillerana se podrá contar con frío de altura, templado en las tierras intermedias y cálido en las tierras bajas. La oscilación del territorio, con sus montañas de relieves abruptos y cañones profundos,  varía entre los 200 y 6000 metros sobre el nivel del mar. De vegetación abundante, tupida, espesa, se han contabilizado más de 12 mil variedades de plantas. Se calcula que alrededor de 11% de las especies de aves conocidas tienen su refugio en este Parque, mientras que entre los mamíferos se identificaron más de 200 familias diferentes entre los que destacan el jaguar, el oso de anteojos, el tapir,  y 300 tipos de peces.
El paraje agreste está atravesado por ríos que nacen en la zona cordillerana y que se desplazan en dirección hacia el este. Los principales son el que le da nombre al lugar y el Tuichi, aunque también se destacan el Heath y Quendeque. En sus alrededores habitan las comunidades nativas tacana y quechua.
En el corazón del Parque Nacional Madidi, la Laguna Chalalán es un remanso para la fauna del lugar. También es un punto neurálgico para los aventureros que quieran refugiarse en un albergue ecológico rodeado de bosque, y construido con técnicas ancestrales.
Los sitios arqueológicos que resguardan el patrimonio de origen incaico también forman parte de la riqueza de la reserva. En las zonas altas hay reminiscencias de caminos precolombinos. Cada rincón de este lugar parece alojar un secreto. Descubrirlo depende del interés que cada uno tenga por escuchar aquello que el ambiente tiene para contar.
La observación del paisaje, el avistaje de aves y otras especies faunísticas, el senderismo, son algunas de las actividades que pueden realizarse en el Parque Nacional Madidi. Los que piden un poco más de acción tendrán la oportunidad de colgarse de lianas, hacer escalada, nadar en lagunas naturales, navegar ríos o simplemente pasar un momento de relax dedicados a la pesca deportiva o interactuar con las comunidades originarias.
La mejor época para visitar el lugar está entre los meses de mayo a octubre, que es el período de menores precipitaciones conocido como la estación seca. De lo contrario, las lluvias suelen ser copiosas, generando muchas complicaciones en toda la zona. El paquete turístico mínimo requiere de 3 días y 2 noches como para aprovechar el lugar y conocerlo lo suficiente como para llevarse un buen retrato de esta joya boliviana.
Para llegar, desde la ciudad de La Paz se puede optar por la vía terrestre a través de caminos de ripio o la navegación aérea en transporte militar. Rurrenabaque es la localidad más cercana y la que canaliza la oferta de servicios turísticos tales como agencias, hoteles, restaurantes. El Parque se encuentra 105 kilómetros al norte de esta ciudad.
Punto neurálgico de la biodiversidad mundial, el Parque Nacional Madidi también concentra intereses humanos que constituyen amenazas para la preservación del patrimonio natural. La armonía del universo se expresa azarosamente en lugares inesperados que nada saben de la apertura de nuevos caminos, la exploración y explotación de petróleo o la construcción de una represa hidroeléctrica que atentan contra el equilibrio ambiental. Acaso la vida que fluye maravillosamente en ese fragmento de suelo sea suficiente argumento para generar conciencia que permita disfrutar de su magia tanto en las generaciones actuales como futuras. El Parque Nacional Madidi es el lugar donde la biodiversidad habita con toda su fuerza natural, demasiado importante como para perderlo. 
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