Por Verónica Luna
El Museo Subacuático de Arte (MUSA) surgió desde la intención de aportar un grano de arena a la problemática ambiental provocada por el cambio climático. Está ubicado dentro del Parque Marino Costa Occidental de Isla Mujeres, Punta Cancún y Punta Nizuc, que forma parte del Gran Cinturón de Arrecifes del Atlántico Occidental, considerada la segunda barrera más grandes del mundo.
Los arrecifes son un importante recurso natural que hay que preservar puesto que es un atractivo que permite el desarrollo turístico de Cancún. Las playas son el recurso excepcional de ese balneario, pero se ven afectadas por el desgaste producido por huracanes y tormentas. Las barreras coralinas contribuyen a que se disipe la energía de las corrientes marinas evitando la erosión costera.
La necesidad de preservar los arrecifes naturales, amenazados por el calentamiento global, motivó la idea de generar una alternativa enriquecedora. El proyecto apuntaba a sumergir esculturas que actuaran como barrera artificial y que permitiera el desarrollo de corales naturales. De este modo se ofrecía a los turistas –se calcula que más de 500 mil visitan el lugar cada año- un entorno atractivo para explorar durante las prácticas de snorkel y buceo, alejándolos de los arrecifes naturales con el daño que la numerosa presencia humana provoca sobre el ecosistema.
Las esculturas, creación del artista británico Jason deCaires Taylor (Director artístico del MUSA), se enfocaron en la interrelación entre el arte moderno, el hombre y el medio ambiente. “La evolución silenciosa” fue la denominación con la que se creó la primera serie. Las primeras tres esculturas se instalaron en 2009. Una figura humana sumergida a 8 metros de profundidad representaba a un hombre en llamas, simbolizando la dependencia y el uso excesivo de los recursos naturales; mientras que una niña rodeada de vasijas aludía a la importancia de la preservación por las generaciones futuras y la escultura llamada “El coleccionista de sueños” recrea al guardián de los planes para el mañana.
Una obra tan noble en sus propósitos no puede menos que utilizar recursos amigables con el ecosistema marino. Las esculturas están diseñadas para fomentar la reproducción de corales y especies marinas.
El éxito no se hizo esperar. Muchos turistas se concentraron en el Museo Subacuático antes que en las barreras coralinas naturales, se le dio un gran desarrollo a las actividades acuáticas y se logró una amplia difusión del MUSA.
El Licenciado Roberto Díaz, Presidente de los Asociados Náuticos de Cancún, uno de los impulsores del proyecto (junto con Jaime González Cano, Director del Parque Marino, y el actual Director Artístico del MUSA), sintetiza en un documento las claves del éxito: “combinar el arte con la conservación; la visión y el soporte de una autoridad honesta; la creatividad y la persistencia de un gran artista; un grupo de gente determinada a lograr el resultado y la confianza”.
Entre las repercusiones que ha logrado el MUSA en su corta existencia, el Lic. Díaz señala que se han dado en varios niveles. En cuanto a la conservación dice que “40% del tiempo de los visitantes del Parque se desvía al Museo, que aunque está dentro del parque, las esculturas están en los arenales. Esto se llama descarga efectiva de impactos humanos”. Acerca de la promoción, destaca que “el interés que ha despertado el MUSA es impactante en publicidad gratuita, más de 2.000 millones de personas han sido alcanzadas por diferentes medios”. A esto contribuyeron los organismos oficiales de Turismo. También destaca que el MUSA fue el primer Museo en Cancún y el primero subacuático en un área natural protegida, así como el impulso dado a las actividades de buceo y snorkel.
En la actualidad hay 491 esculturas de diversos artistas cuya fisonomía se modificará a medida que los caprichos de la adaptación de la naturaleza produzcan sus efectos. En el Salón de Manchones, cerca de la Isla Mujeres, hay 475 esculturas sumergidas a un promedio de 10 metros de profundidad. Allí se practica buceo y snorkel. En tanto que en Nizuc hay 16 esculturas sumergidas a 3 metros y sólo se permite el snorkel. Las visitas también pueden realizarse con embarcaciones que cuenten con piso transparente.
La idea de hundir esculturas en las profundidades marinas del Caribe fue tomada de un proyecto similar. “En un principio queríamos hacer un parque escultórico de mayor tamaño que el que se hizo en Grenada. Al hacer los estudios y tener permiso para hundir 1500 piezas en 12 salones distintos, pensamos en crear el concepto de Museo Subacuático”, comenta el Lic. Díaz.
El proyecto es ambicioso. Pero los resultados obtenidos permiten contar con el impulso necesario para lograr la perfecta conjunción entre arte y responsabilidad ambiental que permita llamar la atención sobre el cuidado de ecosistemas frágiles. Todavía quedan muchos desafíos por alcanzar. “Deseamos colocar 10 mil esculturas en 10 años –resume el Director del MUSA-. Necesitamos aún institucionalizar bien el MUSA y conseguir los fondos para ello”.
Mientras tanto, las playas cálidas, el agua turquesa y un paisaje de ensueño que hacen de la estadía en Cancún una grata vivencia, suman el atractivo de un museo único. La conjunción entre el paisaje natural y artístico se logra en el instante en el que el turista se entrega a sumergirse en las aguas del Caribe y se deja atrapar por la experiencia única de nadar entre peces, corales y esculturas.
¿Alguna vez visitaste el Museo Subacuático de Cancún? Relata aquí tu experiencia.
Agradecimiento especial por las fotos al Lic. Roberto Díaz y Jason deCaires Taylor
Más información en www.musacancun.com
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