La ruta 1 más larga del mundo

por Rodrigo Carretero

La ruta 1 de Australia no es solo una. Es una en varias, una amplia red de carreteras que discurren bordeando las costas del país, conectando las principales ciudades y sitios de interés turístico. Con una longitud aproximada de 14.500 kilómetros es la ruta nacional más larga del mundo y la única en cubrir todos los estados australianos. A través de su recorrido es posible llegar a todas las grandes ciudades, centros turísticos, deleitarse con las costas, inmiscuirse en selvas tropicales, o dejarse perder en bosques templados de eucaliptos, llanuras, desiertos y enormes pantanos tropicales.

¿Por dónde empezar?

Ciudad cosmopolita como pocas en el mundo, primer asentamiento europeo en el continente insular y gran crisol de culturas llegadas de todos los puntos del planeta, Sydney, es el mejor punto de partida para comenzar a recorrer la ruta. De allí, hacia el sur, atravesando la capital Canberra, se llega a Melbourne, que recibe a los pasajeros con sus aires británicos bien intactos.  Buen momento para hacer el primer alto, y encarar lo que vendrá, que es mucho, muchísimo,  con nuevos bríos. A partir de aquí, los continuos carteles sobre la ruta, advierten de la presencia casi omnipresente de canguros y Wombats, marsupial de gran tamaño,  y a su vez, van dando la bienvenida a la Australia salvaje que comienza a hacerse realidad. A esta altura y por los casi mil kilómetros hasta Adelaida, la Ruta 1 toma el nombre de “Great Ocean Road”. El camino va serpenteando los acantilados y las vistas espectaculares se repiten en cada curva. Difícil es decidirse por cual es la más bella de todas. Se puede hacer escala en algunos de los pueblos de Lorn, Port Fairy, Robe ó Puerto Víctor. Cada uno de ellos posee su historia y cómodos lugares donde pasar la noche. En el último tramo, antes de llegar a la capital del estado de Australia Meridional, es posible la observación de fauna marina como pingüinos o ballenas y a la vez dejarse llevar por el encanto de algunas de las 45 bodegas del valle de McLaren. Los trayectos que siguen, encaran hacia el oeste y el norte del país, atraviesan infinitas planicies desérticas donde pareciera que el viaje se tornara eterno, el horizonte siempre está un par de kilómetros más allá. Salvando las distancias, conduciendo con cuidado, porque allí donde pareciera que no hay nada, siempre puede surgir algún animal de imprevisto y causar más que un dolor de cabeza. Hay que dejarse llevar y disfrutar de cada momento que la vida salvaje de Australia va ofrendando a los maravillados sentidos del viajero. Hasta la ciudad de Perh son 2.104 kilómetros, y de allí a Darwin, 2600 más, por lo que es necesario mucho tiempo, descanso y no dejar nada librado al azar si la intención es viajar por carretera. Por supuesto que la ruta 1 al ir bordeando la costa, va atravesando pueblos, y pequeñas ciudades donde es posible descansar, hacerse de las provisiones que hagan falta y disfrutar de sus atractivos.

El norte

La ciudad de Darwin es la más importante del norte australiano y se encuentra a mitad de camino del periplo de la ruta 1, por lo que de aquí en más se emprende el regreso, aunque pareciera que siempre fuéramos más allá. Es ideal tomarse unos cuantos días en la ciudad para disfrutar del crisol gastronómico y cultural de los numerosos mercados, tomar algún crucero entre los cocodrilos de los pantanales cercanos o una visita al  Parque Nacional de Litchfield, donde se resguardan espectaculares cataratas, y los curiosos y altos termiteros. Habiendo repuesto fuerzas, el espíritu carretero vuelve a golpear las puertas del corazón y ya va siendo hora de volver a la ruta. Pasando el golfo de Carpentaria y la península del Cabo York, se llega a la ciudad de Cairns. Parada obligada para conocer las paradisiacas playas del Estado de Queensland y la famosa Gran Barrera de Coral, el mayor arrecife de coral del mundo, que se extiende sobre unos 2600 kilómetros de longitud y puede ser distinguido desde el espacio. Desde Cairns o la cercana Lownsville, parten cruceros que acercan esta increíble maravilla hasta las propias manos del turista.

El último tramo del viaje continúa por entre el océano y la Gran Cordillera Divisoria. Esta es la cadena de montañas más importante de Australia.  Su pico más alto es el Monte Kosciuszko (2.228 m.) y en varios de los montes hay bases y centros de esquí. Todo es posible en Australia. Esta cadena montañosa es de vital importancia en su preservación, ya que allí nacen las cuencas de captación de agua, formando los arroyos, ríos que brindan el suministro de agua a todo el este del continente, donde se ubica la mayor cantidad de población del país. Al encarar la recta final de regreso a Sydney, se ubica la ciudad de Newcastle, cuyo puerto es el mayor exportador de carbón del mundo. Ya son solo 160 kilómetros hasta cerrar el círculo. Una vuelta completa al continente australiano, pero la ruta 1 va más allá. A lo largo del camino, varias ramificaciones de la ruta madre van tomando nombres propios, dejando la denominación original relegada a un segundo plano. Lo más curioso es que la ruta 1 atraviesa el océano sin necesidad de una construcción física. Sin entender como, volvemos a encontrarla en la isla de Tasmania, que comienza en la Autopista Brooker en Hobart y va hasta Launceston por la carretera Midway.

Hoy, pasan los años, cambian los paisajes, crecen las ciudades. Los canguros siguen cruzando el asfalto y los australianos disfrutan de las bellezas que Dios les regaló. Hoy, y mañana también, el escudo con el número 1 que identifica la ruta seguirá siendo parte de la identidad de un país y orgullo de viajeros, camioneros y de todo aquel que alguna vez se anime a traspasar los límites de la realidad, allá donde el final es a la vez el principio del camino.