La joya de África

El territorio en donde se ubica Malí fue uno de los grandes reinos del continente y es una de las ciudades más ricas en cuanto a historia y cultura. La legendaria región de Timbucktú es uno de los atractivos para los viajeros así como la mezquita de Djenné y la sabana en donde se ubica la mayor cantidad de población debido a la cercanía del Río Níger.

Malí se caracterizó por su historia en torno a sus ríos y desiertos, ya que allí se encuentran todas las rutas de paso y comerciales como la del Níger, río que funciona como el alma del país debido a que es el principal suministro de agua de la zona.

Recorrer la sabana en barco es una de las grandes aventuras. No muy alejado de las orillas del río se encuentra la sorprendente Falaise de Bandiagara, uno de los refugios de los pueblos más sorprendentes de África occidental, cuyos cultos y rituales aún se siguen practicando por lo que es factible estar presente en cualquiera de ellos. También en la zona del desierto los turistas pueden encontrarse con los pueblos nómades de Tuareg; tradiciones y músicas típicas forman parte de las vivencias durante las excursiones diarias.

La religión es muy importante en esta región. Si bien Malí fue colonia francesa, el 90 % de sus habitantes son de creencias musulmanas, el 9% conserva las creencias aborígenes y sólo un 1% tiene religión católica.

El clima es muy caluroso y seco, de hecho lo meses más lluviosos son desde finales de junio a diciembre, y no se caracteriza por sus abundantes precipitaciones. Esto influye notablemente en la flora y la fauna del país: debido a las sequías, el desierto continúa extendiéndose por lo que los seres vivos que habitan allí son solamente plantas xerófilas, pequeños arbustos, reptiles y algunos insectos que toleran las altas temperaturas. Por otro lado, en la región por donde el Río Níger corre hay flora y fauna típica de estos ecosistemas de sabana como las acacias y otro tipo de vegetación, mamíferos y aves.

¿Qué hacer en Malí?

En el centro de investigaciones históricas Ahmed Baba se pueden ver los manuscritos y libros de gran antigüedad. El museo alberga unos 23 mil manuscritos islámicos y además cuenta con una colección de reliquias y antigüedades de valor incalculable.

Mercado de Djenné: este mercado se encuentra frente a la mezquita de Djenné, la cual es uno de los grandes centros turísticos, ya que fue construida con barro y es la mayor estructura hecha con este material del mundo. En el mercado que se instala enfrente se puede conseguir desde ropa hasta calabazas, especias, vasijas y cabras. Uno puede encontrar cualquier cosa y es accesible la compra mediante el regateo.

Dyingerey Ber Mezquita: Timbucktú alberga 3 de las mezquitas más antiguas de África. En cuanto a su arquitectura, representan el estilo clásico de Sudán a la hora de realizar construcciones. La más añeja es la de Dyingerey Ver, que es apta para las visitas turísticas y se encuentra al oeste del Palacio de la Independencia. El interior es un bosque de 100 pilares, donde hay una serie de habitaciones comunicadas entre sí a través de agujeros en la pared, hechos porque antiguamente los fieles que no podían oír el Imam debían mirar por allí para ver la sala de oración principal y saber cuándo debían rezar. Hay una sección para mujeres por separado, desde donde se puede acceder a la azotea (hay que solicitar permiso antes de subir). Allí la vista es excelente.

El Museo Étnico, también en la región de Timbucktú, está cercano a la Mezquita de Sidi Yahiya. Allí está el pozo de Bouctou, en el punto exacto donde comenzó la fundación de la ciudad de Timbucktú. En el museo se pueden apreciar una gran variedad de objetos como ropa, instrumentos musicales, joyas, juegos y fotografías de la época colonial.