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23 de febrero de 2011
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Grandes salares del mundo

Son lagos superficiales en cuyos sedimentos tiene como componente dominante las sales que se van acumulando y que no tienen a dónde correr. Pero, además, son grandes atractivos turísticos. Aquí, los imperdibles.

El salar más grande del mundo está ubicado en Bolivia, es conocido como el Salar de Uyuni. Abarca 1200 kilómetros cuadrados y está ubicado a 3650 metros sobre el nivel del mar en el altiplano bolivariano. Se formó hace 40 mil años, cuando la zona estaba cubierta por el lago Minchin, que se fue evaporando.

Salinas Grandes, el segundo salar del mundo (clickear para agrandar imagen): Foto: AdreaEste salar proporciona unas 10 toneladas de sal por año y es una de las grandes reservas a nivel mundial de este mineral. En lo que hace al turismo boliviano es uno de los grandes centros de visita. Además, durante el mes de noviembre se puede apreciar un espectáculo único como la llegada de flamencos sudamericanos. Y por si las características del salar fueran pocas, funciona como camino debido a su solidez y sus llanuras para atravesar el altiplano. Un dato curioso: para extraer la sal lo que se hace es amontonarlas en pilas para que se sequen y se puedan trasladar.

El siguiente salar en cuanto a tamaño se ubica en Argentina, en Jujuy, a exactamente 190 kilómetros de su capital, San Salvador. Se lo conoce como Salinas Grandes y es uno de los paseos que se realizan al recorrer el norte argentino. Con 8290 kilómetros cuadrados y 30 centímetros de espesor de sal, este espectáculo natural aguarda a sus visitantes. Los tours guiados están dados por los propios obreros de la mina de sal, quienes son los encargados de explicar cómo es el procedimiento de extracción del mineral. Además, realizan artesanías tallando la sal que son entregadas como suvenires a sus visitantes.

Salar de Atacama (clickear para agrandar imagen). Foto: Mundo croquetaEn Estados Unidos se encuentra el siguiente salar más grande, con unos 4.400 kilómetros cuadrados. Ubicado en Utha, el Great Salt Lake es una atracción para todos los visitantes de esta localidad. Los ríos que confluyen en él aportan anualmente 1,1 millón de toneladas de sedimentos, que al evaporarse se transforman en diferentes sales y minerales que aguardan para ser extraídos. Las sales del Great Salt Lake tienen la particularidad de ser altamente corrosivas del metal, por lo que no hay muchas embarcaciones o medios de transporte que circulen por allí.

El Salar de Atacama en Chile, ubicado en la región II de Antofagasta, es el mayor depósito de sal chileno. Abarca 3 mil kilómetros cuadrados y tiene 100 kilómetros de largo y 80 de ancho. Se forma a partir de una depresión sin salida de agua que recibe al Río San Pedro de Atacama. El litio que se extrae del salar se emplea en las industrias pesadas chilenas, por lo que es un recurso muy importante. Allí se encuentra la Reserva Nacional los En Bolivia, el Salar de Coipasa, el segundo en importancia del país (clickear para agrandar imagen). Foto: RongpukFlamencos, donde está además la laguna de Chaxa. A 56 kilómetros de San Pedro de Atacama, la reserva tiene como función proteger a las especies de flamencos (andino y chileno) y a otras especies de aves que anidan en la zona.

El quinto más grande del mundo se ubica también, al igual que el primero, en Bolivia. El Salar de Coipasa, está en el departamento de Ouro, en la parte central del altiplano andino. Tiene una superficie de 2.218 kilómetros cuadrados y un espesor de cien metros de profundidad de sal y otros minerales como zinc y litio. Si bien no es el único de Bolivia también forma parte de los circuitos turísticos.

En primera persona

Por Andrés Schottlaender

El mundo tiene infinitos paisajes que vale la pena conocer. Algunos sitios, sin embargo, no pertenecen a este mundo, convirtiendo su visita en un verdadero viaje del cuerpo y del alma. Uno de estos sitios es el Salar de Uyuni.

El desierto de sal más grande del mundo, en realidad, ofrece dos experiencias diferentes, dependiendo del clima. Cuando está seco, es un mar blanco que no se debe visitar sin anteojos de sol, que presta a sus visitantes la vivencia de la inmensidad absoluta, con solo blanco y celeste a 360º.

Yo visité otro salar, el de las lluvias. Cuando llueve, la tierra tarda mucho en absorber, cimentando unos pocos centímetros de agua quieta que cubren todo la extensión de cloruro de sodio. Es así como el salar se convierte en un espejo perfecto, un lago de poquísima profundidad que refleja de manera fiel el cielo. Salar de Uyuni

Calzándome las ojotas —ya que el agua llega un poco más arriba de los pies— y transportándome en 4x4 hasta un punto central del salar, llegué al infinito, a la nada. Fuimos temprano para ver el amanecer, el cual nos habían descrito como espectacular, pero las nubes pudieron con nosotros y solo nos enteramos que salió el sol por la claridad del cielo gris. En estos momentos el salar reflejaba el cielo nublado, por lo que hacia arriba y hacia abajo, en todos los puntos cardinales, solo se veía gris. Nunca estuve tan cerca de la concepción de infinitud, sin notar la división entre cielo y tierra y casi sin puntos de referencia en el horizonte, salvo por las dobles montañas en algunos puntos.

Luego de unas horas, el cielo empezó a abrirse, reflejando mejor por la acción del sol y viendo el suelo celeste con nubes, viendo a cada persona con su reflejo entero, y figuras estacionadas en lo que parecía ser el medio del cielo.

Existen sitios reales a los que la psicodelia y el surrealismo jamás podrán ganarles, y que sirven de raíz a planteos filosóficos y existenciales de cada persona. El Salar de Uyuni es uno de estos sitios, llegando a ser mucho más que un bello paisaje para visitar de paso.

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