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07 de agosto de 2013
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Faros, una luz en el camino

Guardianes de las costas marítimas, los faros sirven de guía a embarcaciones. Su temple solitaria tiene un halo de misterio y nostalgia que atrae tanto como su luz.
Faros, una luz en el camino
Faros, testigos incansables de los vaivenes del mar.

Por Verónica Luna
Lugares recónditos los tienen como protagonistas. Sus señales luminosas son captadas a la distancia y su utilidad es muy valiosa para los navíos que surcan los mares. Desde antaño, estas construcciones que tienen diversos tamaños, son un referente necesario durante las noches. Sus figuras estoicas, ilustran postales. Generalmente están ubicados en la costa, en islas, promontorios, rocas, pero también pueden estar internados en el mar. En ocasiones se los puede recorrer en su interior y observar desde el mirador paisajes en 360°. Otras veces, sólo se puede apreciar su vista privilegiada de amaneceres brillantes y atardeceres llenos de fantasías. La soledad que los acompaña les otorga cierto abono para tejer misteriosas historias.faro
Las crónicas cuentan que la primera torre que se construyó con el propósito de servir como señalización para los barcos, fue el Faro de Alejandría, allá por el siglo III a.C. Estaba ubicado en la isla de Pharos, de donde deviene su nombre. Con su altura de  cerca de 134 metros, fue la estructura más alta construida por el hombre durante mucho tiempo. Durante el día, un sistema de espejos permitía reflejar la luz solar pero cuando la oscuridad llegaba, se utilizaba una hoguera que podía ser divisada a 50 kilómetros. Para su construcción se utilizaron bloques de vidrio que protegían los cimientos de la erosión y la torre que tenía forma octogonal fue realizada con  módulos de mármol ensamblados con plomo fundido. Sobrevivió hasta principios del siglo XIV cuando fue afectado por los terremotos de 1303 y 1323. Fue considerada una de las Siete Maravillas del mundo.
Espectadores del pasaje de embarcaciones, la existencia de faros es antigua. Su proliferación se produjo en paralelo con el crecimiento del comercio marítimo. Fueron los romanos los que estuvieron a la cabeza de la construcción de estas linternas. Las costas europeas se poblaron de estos vigías entre los siglos XVI y XVII. Al principio se usaban fogatas para la iluminación, luego las lámparas de aceite. A partir de 1827 se comenzaron a utilizar las lámparas Fresnel, realizadas en vidrio y metal. Aunque su iluminación benefició a las naves que transitaban los mares, también la funcionalidad de los faros se utilizó para fomentar el saqueo de los barcos. Habitantes de poblaciones costeras encendían antorchas y las ataban a caballos o vacas para que los navíos se acercaran a la costa y poder acaparar sus pertenencias. De la misma manera, se evitaba la instalación de faros en rutas peligrosas para aprovechar el resultado de los naufragios. Así, cuenta la historia que el primer faro construido en 1619 en Lizard, Reino Unido, tenía como meta atraer a los barcos a la orilla para que los piratas los saquearan.faro
Un sistema automatizado reemplazó el oficio de farero. Esa profesión era extremadamente difícil y dura. Confinaba a los encargados de vigilar y mantener las señales, a largos períodos de soledad en terrenos a veces inaccesibles. Esas características dieron lugar a muchas historias, algunas tenebrosas. Las creencias populares sostienen que los fareros creían que silbar enfadaba al diablo y provocaba terribles tormentas. También sostenían que los viernes no eran buenos días para embarcarse y que el avistaje de aves desconocidas era señal de mal agüero.
Algunos faros se ganaron la fama sombríos. Dicen que en el faro de Tevennec (Francia), construido en 1875, el lugar era tan inhóspito que nadie lo toleraba por mucho tiempo.  Sobre todo, alegaban que se oían ruidos extraños y gritos que parecían venir de las profundidades, lo cual hacía más insufrible la estadía. Se ganó el mote de “faro de la muerte” cuando se conoció la versión sobre el deceso del farero que permaneció allí por varios días hasta que lo encontraron.  Mientras que el faro de Sands Point, que data de 1850, se construyó sobre “la roca de las ejecuciones” donde se ataban a los prisioneros para que murieran ahogados cuando subía la marea. Los que circulan por la zona, dicen que los fantasmas de los que murieron allí merodean alrededor del faro.Torre de Hércules
La luz que irradian los faros, sin embargo los baña de cierta magia que los hace atractivos. El faro del Creac´h, Finisterre (Francia), es el más potente de Europa. Tiene una altura de 70 metros y su luminosidad se percibe desde casi 60 kilómetros. Funcionó por primera vez en 1863. Es negro y con rayas blancas y junto con el faro de Bishop (Inglaterra, de 1858), indican el ingreso al Canal de la Mancha para los barcos que navegan en el Océano Atlántico. En su interior contiene un museo de faros y balizas.
Con 55 metros de altura, la Torre de Hércules (La Coruña, España) es el faro más antiguo que aún está en uso. Es uno de los más conocidos. La leyenda cuenta que lleva ese nombre porque Hércules luego de vencer al gigante Gerión, construyó una torre para homenajear su triunfo. Cuando la obra estuvo finalizada, estableció que un fuego permanecería siempre encendido, además de agregarle un espejo para observar a las naves enemigas. Fue construido en el siglo II durante la ocupación romana a la península ibérica. Es un faro romano, pero en el siglo XVIII fue reformado, momento en que adoptó su estilo neoclásico. Está considerado Patrimonio de la Humanidad. Lo rodea un parque escultórico y hay cuatro rutas diseñadas para recorrer la zona gratificándose con el paisaje solo o en compañía de un guía.Faro Mazatlan Sinaloa México
El faro de Mazatlán, en el estado de Sinaloa, México, está entre los más altos del mundo. Tiene 152 metros de altura. Funcionó por primera vez en 1879 Se accede a él luego de una caminata de 30 minutos. Desde su mirador la vista del Océano Pacífico, las islas y las montañas que rodean al puerto,  es magnífica. En Japón, la torre del puerto de Yokohama también es uno de los más largos. Se construyó en 1961 a modo de homenaje del centenario del puerto. Tiene 106 metros de altura.  Por el contrario, el faro más bajo del mundo tiene 9 metros. Se construyó en 1832 y se encuentra en Somerset (Inglaterra).  
La Torre de la Doncella, en el estrecho de Bósforo, es uno de los lugares más tradicionales de Estambul.  La construcción, de 2500 años de antigüedad, funcionó como puesto de vigilancia, fortaleza, casa de retiro, prisión, fue un centro de cuarentena durante una epidemia de cólera,  y sirvió como faro durante más de cien años. Los relatos cuentan que la torre fue el lugar donde el emperador bizantino encerró a su hija para protegerla de un oráculo que decía que moriría al cumplir 18 años. A pesar del encierro, una víbora cumplió el presagio.  Otra versión, no menos trágica, indica que un joven llamado Leandro se enamoró de Hero, una sacerdotisa de la diosa Afrodita y que cada noche, guiado por la luz que encendía la joven, el muchacho nadaba hasta donde ella se encontraba. Una noche, una tormenta apagó la antorcha, y el enamorado murió ahogado. Enterada de la noticia, también Hero se arrojó a las aguas del estrecho. En la actualidad, hay un museo, un café y restaurante.torre de la doncella Estambul
Ermitaños vigilantes del ir y venir de las embarcaciones, los faros tienen una larga tradición que incluye mucho más que eso. Brillan en la oscuridad y marcan un camino aún en la confusión y la tormenta. Observadores privilegiados de las variaciones paisajísticas, la presencia de estos centinelas alienta la curiosidad y la fantasía. Su esencia está viva y por eso su luz no se apaga.
¿Alguna vez visitaste un faro? Relatá aquí tu experiencia.
Fotos everystockphoto

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