Crystal River: experiencia manatí

Por Verónica Luna
Los manatíes, también conocidos como vacas marinas, son mamíferos de gran tamaño (pueden medir hasta 6 metros de largo y pesar unos 600 kilos) pero de temperamento tranquilo. Se reconocen porque su cuerpo tiene forma de torpedo. No tienen tanta fama como las ballenas ni son tan simpáticos como los delfines, pero esa diferenciación los vuelve especialmente atractivos. Viven en aguas cálidas y poco profundas, por eso es frecuente encontrarlos en las zonas ribereñas.
En el pasado los manatíes formaban parte de la dieta alimentaria de los habitantes antillanos, por ese motivo su población se vio disminuida. Son animales dóciles que se nutren de algas y hierbas que crecen en las zonas costeras, característica que facilitaba su caza y que también hace que se los pueda avistar con facilidad desde la orilla. Principalmente se los encuentra en la zona del Caribe y en la costa occidental de África.
La temperatura del agua es un aspecto clave para la vida de los manatíes. En ambientes acuáticos inferiores a los 20° la supervivencia de los especímenes sufre complicaciones porque no tienen la cobertura grasa que protege a otras especies como las ballenas. Sus antepasados los conectan con los elefantes. Tiene piel gris con pelaje escaso, y llegan a vivir hasta 80 años. Con sus aguas cálidas, el refugio de Crystal River logra congregarlos en forma masiva durante los meses de invierno. Allí se alimentan y conviven hasta que la llegada del verano los impulsa a ir en busca de las aguas marinas.
La reserva natural se encuentra en el estado de Citrus, en la península de la Florida y fue fundada en 1983. Creada con el propósito de proteger al manatí, abarca la zona costera, humedales, canales  y varias islas en la zona de Kings Bay. En el lugar se forma un lago de 240 hectáreas que vierte sus aguas en el Golfo de México y que es como una piscina natural que invita a una experiencia exótica.
Las aguas cristalinas que dan nombre al río permiten apreciar la presencia de los manatíes y algunas empresas prestadoras de servicios turísticos ofrecen la posibilidad de bucear con estos enormes animales marinos, practicar kayak esquivando sus grandes figuras o pasear en botes o embarcaciones motorizadas que se aproximan a los manatíes para poder observarlos bien de cerca. Sin dudas, la actividad es tan única como atractiva. Tanto que cada año convoca a unas 250 mil personas que visitan el lugar atraídos por la presencia de estos grandes animales.
Gracias a la promoción, la actividad está en constante crecimiento. Si bien se trata de un reservorio natural, el contacto de los manatíes con los humanos genera alteraciones en su hábitat. Estos animales salvajes se ven forzados al trato directo y constante con las personas. La situación es tema de debate entre ambientalistas, operadores turísticos y reglamentaciones legales. Mientras tanto, la llegada de los turistas es una importante fuente de ingresos para la población.
Crystal River ofrece un ambiente natural perfecto para el contacto con la naturaleza. En sus aguas cristalinas y cálidas, además de congregar a los manatíes e invitar a compartir con ellos un buen rato, se pueden practicar actividades como pesca, natación y hay bosques con senderos para realizar trekking y circuitos en bicicleta.
Las vacas marinas están tan presentes en la cotidianeidad de los habitantes de Crystal River, que todos los años en el mes de enero  tiene lugar en Festival del Manatí en el que se realizan diversas actividades, exhibiciones y degustaciones de comidas.
La península de la Florida tiene muchos motivos para ser visitada. El río de aguas cristalinas no hace más que sumar un atractivo diferente. La posibilidad de entrar en contacto con una especie marina poco frecuente en otras latitudes, y practicar actividades vinculadas con la naturaleza,  aseguran una experiencia memorable.
¿Alguna vez buceaste con manatíes? Compartí aquí tu experiencia.
Fotos: everystockphoto.com