Viajar por España descansando en sus monasterios

Por Henar Riegas
No todos los viajes son aventuras vertiginosas con decenas de visitas. A veces el viajero espera la calma que el trajín cotidiano le ha robado. Y sale a buscarla. O a encontrarse, si es que él se ha perdido en la rutina.
Alojarse en un monasterio es retirarse del mundo entre paisajes espectaculares y con la garantía del auténtico silencio monacal. Además, todos ellos son custodios de arte y cultura que el viajero podrá contemplar y disfrutar.
Un alojamiento poco convencional
Permanecer unos días en un monasterio implica un viaje más espiritual, lo que no debe confundirse con religioso. Para alojarse en ellos no es preciso ser católico pero sí es obligado adaptarse a las reglas monásticas. Las hospederías no son hoteles al uso, de hecho, el viajero podrá participar de la oración con la comunidad e incluso conversar con alguno de los monjes. No hay recepción 24 horas, el orden de la habitación depende del huésped, no habrá bar para tomarse una copa, es probable que no haya conexión wifi y será conveniente no utilizar el teléfono para no interrumpir la vida de los monjes.
Los requisitos para acudir a estas hospederías son buscar la calma, ser respetuoso e ir despojado de prejuicios. Así que para quienes ansían destinos pacíficos, apartados de ruidos y turistas, proponemos un itinerario por las hospederías monásticas de la  geografía española.
Poio (Pontevedra)
En la localidad pontevedresa de Poio se encuentra el Monasterio San Juan de Poio de los Hermanos Mercedarios, que ofrece una deliciosa vista de la Ría de Pontevedra. La hospedería está adosada al Monasterio. Dice la tradición que este monasterio pudo ser fundado en el Siglo VII. Merece la pena visitar la Iglesia, de estilo renacentista. Como curiosidad, el pavimento de la iglesia se utilizaba antiguamente para enterrar a los feligreses.
Sobrado dos Monxes (A Coruña)
También en Galicia se encuentra el Monasterio Cisterciense de Sta. María de Sobrado, a medio camino entre Santiago de Compostela, A Coruña y Lugo. Los frailes de este Monasterio anuncian que su hospedería recibe a quienes buscan un ambiente propicio y un lugar adecuado para la reflexión personal, el retiro espiritual y el descanso sereno y tranquilo.
Zenarruza (Vizcaya)
El Monasterio de Zenarruza, en el municipio vasco de Ziortza-Bolibar, en la provincia de Vizcaya, es otro de los lugares mágicos para retirarse del mundo. Situado en el denominado Camino del Norte que lleva a Compostela por la costa, este Monasterio cuenta con una hospedería que está abierta a quienes busquen un lugar de paz, de oración o de encuentro personal. Permanece abierta todo el año, menos en Navidad.Un dato de interés: los monjes informan que si el viajero llega en transporte público (autobús desde Bilbao), deberá bajarse en la parada de Iruzubieta, a 4km. del monasterio, y alguno de los frailes irá a buscarlo.
Valvanera (La Rioja)
En la provincia de La Rioja, en la sierra de la Demanda, se encuentra la abadía benedictina Nuestra Señora de Valvanera. Como en los otros monasterios, los huéspedes, si lo desean, pueden participar de la vida monástica, o bien disfrutar del silencio y recorrer los parajes del valle. Más allá de la tranquilidad y el retiro se puede contemplar la imagen románica de la Virgen de Valvanera, así como un Códice con comentarios a la regla de San Benito.
Leyre (Navarra)
La siguiente parada será en Navarra, donde se encuentra el Monasterio de San Salvador de Leyre, a 50 km. de Pamplona. Este monasterio contiene tesoros como la cripta del siglo XI, la bóveda gótica o la “Porta Speciosa” (un pórtico románico del siglo XII). Para los interesados en la ruta Jacobea, este monasterio se enmarca en el ramal del denominado Camino Francés. Cuenta con una hospedería monástica interior (solo para varones), para vivir unos días de retiro compartiendo la vida de los monjes. Dispone también de una hospedería externa, en el recinto del monasterio, que ofrece todos los servicios de un hotel.
Poblet (Tarragona)
El Monasterio de Poblet, en la provincia de Tarragona fue fundado en el año 1150. Su hospedería interior es solo para hombres pero dispone de otra mixta, externa de la clausura. Esta abadía cisterciense fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO al considerarlo una de las abadías cistercienses más grandes y completas del mundo. El escritor Josep Pla lo describió así: “Tiene una naturalidad elegante. No hay nada vulgar, ni adocenado, ni extraño. Todo es orden y paz”.
Santo Domingo de Silos (Burgos)
En la provincia de Burgos se encuentra uno de los más destacados monasterios benedictinos, Santo Domingo de Silos, cuyos monjes conservan a la perfección la tradición del Canto Gregoriano. Este monasterio posee uno de los claustros románicos más significativos de España. La hospedería está abierta a todos los que deseen alejarse de la prisa y el ruido. La única condición es no perturbar la paz de los monjes ni del resto de huéspedes. La hospedería, recuerdan los monjes, es parte del monasterio: no es un restaurante ni una casa de descanso ni un lugar para el turismo.
El Paular (Madrid)
Otra parada interesante es el Monasterio de El Paular, que se encuentra en la sierra madrileña, en la localidad de Rascafría. Hasta marzo de 2011 este cenobio solo hospedaba varones pero cuenta ya con una hospedería mixta para ofrecer la posibilidad de compartir con los monjes su experiencia de recogimiento y silencio. Los monjes recuerdan que uno de los propósitos del alojamiento es que los huéspedes conozcan la vida contemplativa, por lo que deben asistir a los tres momentos de oración más importantes del día. También es obligada la asistencia a las comidas comunitarias. Este monasterio se encuentra situado en el valle de Lozoya, rodeado por las espectaculares cimas de la Sierra de Guadarrama.