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07 de septiembre de 2016
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Parque Costero de Hitachi, cada mes es diferente

El Parque Costero de Hitachi en Japón es un inmenso lienzo vivo que varía de aspecto durante el año al ritmo de la floración de millones de especies botánicas.
Parque Costero de Hitachi, cada mes es diferente
Campos de flores del parque Hitachi

Por Armando Cerra
Visitando el actual Parque Costero de Hitachi, ubicado en la Prefectura de Ibaraki, pocos pueden imaginar que por este mismo lugar desfilaban soldados o circulaban tanques y otros vehículos concebidos para la guerra y la destrucción. Y es que lo que hoy es uno de los lugares más hermosos y delicados de todo Japón fue hasta el año 1973 una base militar de los Estados Unidos.
Si hoy llegará por aquí cualquier batallón  militar, lo cierto es que le sería completamente imposible camuflarse en el paisaje, porque el triste color caqui de los uniformes de antaño se ha convertido en un auténtico pantone natural, con cientos de tonos que inundan las 190 hectáreas del parque gracias a la presencia de millones de flores.
Para empezar, esos soldados tendrían que cambiar su atuendo dependiendo la época del año en que llegaran a Hitachi, porque uno de los grandes valores de este parque es que es diferente cada mes del año.
Por ejemplo, si se visita en abril van a impactar las casi 200 variedades de tulipanes que dan vida a algunas zonas del parque. Mientras que por esas mismas fechas y en otras áreas del recinto, dan su particular color rojo las flores de azafrán, cuyos estigmas se convierten en la especia más cara del mundo.
Pero antes de eso, a finales del invierno llega uno de los momentos más esplendorosos de Hitachi, ya que se produce el florecimiento de los cerezos o sakura, todo un símbolo del renacer de la vida para la cultura nipona más ancestral.
En cambio, si se llega a Hitachi en mayo, se contempla uno de los tapices florales más impresionantes que uno pueda imaginar. Hablamos de más de cuatro millones de nemophilas. Una flor con pétalos de color azul traslúcido que se ha convertido en uno de los grandes símbolos del Parque. Estas flores también se conocen como “ojos azules de bebé” y su aglomeración sobre uno de los cerros del parque es uno de los momentos más esperados de todo el calendario.
Las nemophilas forman una especie de alfombra azul que en ese momento convive con otras floraciones de primavera, como pueden ser los narcisos o las amapolas. Todo para construir gigantes mosaicos naturales, efímeros y hermosos. Algo que irá perdiendo protagonismo visual conforme se acerca al verano, hasta que finalmente llega agosto y los grandes reclamos de color los aportan las extensiones carmesíes de los arbustos de kochia, las grandes flores de los girasoles o las pequeñas de las margaritas.
Además esos mismos días de agosto, el Parque Costero de Hitachi no solo es un paraíso para la vista y para el olfato, también hay una zona dedicada al oído, porque tiene lugar el Festival de Rock de Hitachi muy visitado por los jóvenes nipones.
Dada la latitud un tanto al norte de la Prefectura de Ibaraki, seguramente la primavera y el verano son las mejores épocas para recorrer este lugar. Un espacio que no solo cuenta con sus zonas ajardinadas, también se incluye un área de playa, en la que si el tiempo lo permite, es posible darse un chapuzón en las aguas del océano Pacífico. O si no, siempre es interesante realizar distintos itinerarios tanto a pie como en bici.
Mientras que si se viaja con niños parece obligado acercarse hasta el parque de atracciones del Parque, donde es tradicional subirse a su gran noria para contemplar desde las alturas los floridos mosaicos de colores y formas cambiantes que hacen famoso a este singular jardín botánico, que desde luego no podría estar en otro lugar que no fuera Japón. 


 
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