Nuevo destino paradisíaco

De difícil acceso, por lo que fue independiente muchos años de la isla, Samaná es un destino perfecto para buscar la tranquilidad y relax. Ubicada en el extremo noreste y rodeada por el Océano Atlántico fue uno de los lugares visitados por Cristóbal Colón en el descubrimiento de América y hoy es uno de los lugares que crece año a año en materia turística. Típico pueblo de pescadores, ofrece manjares tales como pescados y mariscos a los que no se les puede decir que no. Además, su clima húmedo y templado, favorece el crecimiento natural de las frutas tropicales.

Las playas

Samaná tiene playas para todos los gustos, con de arenas blancas, doradas o piedra, aguas calmas y otras más turbulentas. Playa Rincón, por ejemplo, se ubica en segundo lugar a nivel mundial como las mejores del mundo. Con sus 2.5 kilómetros de largo, se pueden realizar allí todo tipo de actividades, desde meterse en el mar tropical hasta recorrer y descubrir la vegetación salvaje.

Playa Jackson espera a los turistas con sus hermosas arenas doradas y aguas turquesas. Allí se puede realizar snórquel y nadar con los peces de colores. Es la menos contaminada de la región y presenta un costado salvaje en su flora y fauna.

A 48 kilómetros de Samaná podemos encontrar la Playa Bonita, que hace honor a su nombre. Es simplemente perfecta: palmeras que dan sombra, aguas tranquilas y cálidas, arenas blancas, cual escenario de película que espera a sus protagonistas. Un destino que no debe dejarse de lado en el viaje. Además de la belleza natural, Playa Bonita ofrece actividades acuáticas como buceo, snórquel, windsurf y navegación, entre otras.

A Playa Frontón, ubicada en Las Galeras, se puede acceder con excursiones o con las barcas de los lugareños. En ese caso conviene contrastar precios. Es una de las playas más vírgenes de Dominicana por su difícil acceso; el agua es cristalina y tiene una temperatura de 30 grados, ideal para aquellos que no les gusta el agua fría. Hay un solo lugar para comer allí, llamado “El Tiburón”, donde sirven pescado fresco acompañado con arroz.

Ballenas Jorobadas

República Dominicana es un estado que se preocupa por el bienestar del planeta y cuida a la fauna marina, por eso ha creado santuarios para albergar a las ballenas jorobadas que van a aparearse y tener sus crías en el santuario ubicado entre la península de Samaná y Puerto Plata.

Las especies que visitan la zona son varias como las orcas, ballenas Bryde, Minke, Uvier, Sei, piloto y cachalotes pigmeos. En los últimos años, la Secretaria de Turismo de Dominicana contempló este beneficio natural para convertirlo en una experiencia de viaje apta para toda la familia, por lo que el turismo creció notablemente entre enero y marzo, que es la época de auge de este espectáculo.

¿Qué más hacer?

La península, además de las playas ofrece parques naturales y excursiones que deben tomarse en cuenta como Salto del Limón, una magnífica cascada ubicada a 300 metros sobre el nivel del mar y con una altura de 40 metros. Es uno de los paisajes más sorprendentes de la zona. La excursión se hace a pie o a caballo hasta el arroyo Chico, el cual desemboca en el Arroyo Limón. Durante la caminata hay puestos con comidas típicas y artesanías. Todo finaliza con la llegada a “El Salto”, como lo llaman los nativos, donde el agua es fresca y cristalina, lo que permite que el estanque que se crea en la caída pueda ser utilizado para un baño. Ideal para sacar fotografías y llevar un recuerdo de este maravilloso lugar.

Otra excursión imperdible es la visita al “Parque Nacional de los Haitises”. Con 740 kilómetros cuadrados es el gran proveedor de agua potable de la península. El parque está formado por una particular roca cárstica, de origen coralino, emergida del mar hace millones de años. Los Haitises posee recursos paisajísticos sorprendentes y para llegar se tardan unos 45 minutos en cruzar la bahía. Si quieres aprender sobre la flora y fauna de Samaná, no puedes dejar de ir.