Lluvia de peces en Honduras

Por Verónica Luna
Algunos hablarán de magia. Otros, más escépticos, buscarán la explicación científica. Pero mientras el fenómeno se debate en teorías diversas, lo cierto es que el suceso caracteriza a Yoros y forma parte de su folclore.
Si como dicen, la lluvia es una bendición del cielo. En la pequeña población de Yoros, esa máxima cobra un carácter renovado. La tormenta trae consigo un temporal de peces que inundan el lugar.
El fenómeno sucede una vez al año. Al comienzo de la temporada lluviosa, entre mayo y junio, tiene lugar el acontecimiento meteorológico devenido en leyenda. El temporal comienza con el oscurecimiento del cielo, para luego continuar con tormentas eléctricas y lluvias torrenciales. Al final de la tempestad, peces aún con vida aparecen desparramados por doquier.
La corriente científica señala que se forma una tromba marina, que consiste en una especie de tornado proveniente del Mar Caribe, que arrastra en la densidad de su constitución a los peces que luego de la tempestad quedan regados en el suelo. Principalmente caen en una planicie ubicada a un kilómetro de Yoros, conocida como “El Pantano”, cuyo suelo es rico en hierro y por eso se cree que atrae con mayor intensidad a las descargas eléctricas.  Aunque también se ha registrado la ocurrencia del fenómeno en otros parajes cercanos. Un detalle para mencionar es que Yoro se encuentra en la región centro norte de Honduras, sin conexión directa con el mar.
Sin embargo, aunque la teoría parece ser bastante acertada en su explicación, algunos sostienen que los peces son en realidad de agua dulce. Se cree que algún río subterráneo circula por la zona y que a partir de las lluvias torrenciales que inundan el suelo, algunos peces abandonan la corriente y aparecen en la superficie por alguna conexión existente entre el curso de agua y la superficie.
Otra versión menos científica pero más popular, le otorga al fenómeno un carácter milagroso. La tradición oral reproduce la creencia de que fue el padre Manuel de Jesús Subirana a quien se debe el mágico suceso. El religioso español visitó Honduras entre 1856 y 1864. En ese momento  encontró un panorama de mucha gente pobre y hambrienta por lo cual oró durante tres días y tres noches pidiendo a Dios por alimento para esas personas.
Sea cual fuera el origen del fenómeno, lo cierto es que pasado el aguacero, la población recoge los peces y prepara sabrosos platos con ellos. El hecho resulta tan extraordinario que desde distintas latitudes llegan hasta Yoro para observar el resultado que deja la tormenta.
Yoro es uno de los departamentos en los que se divide el territorio del país centroamericano. La ciudad homónima es la cabecera, y junto con El Progreso y Olanchito, son las principales. El distrito se encuentra a unos 300 kilómetros de Tegucigalpa, la capital hondureña. La actividad económica está ligada a la ganadería y el cultivo de banano, caña de azúcar, café, cacao, piña y cítricos, entre otros.
Tan popular es la lluvia de peces que sucede todos los años, que dio origen a una celebración popular. En el Festival de la Lluvia de Peces que se realiza anualmente hay música, juegos y desfile de carrozas, y por supuesto, no falta el pescado frito. El evento suele congregar a alrededor de trescientas mil personas.
Los visitantes a Yoro, llegan motivados por el fenómeno de la lluvia de peces. Pero además, el departamento cuenta con el Parque Nacional Montaña del Yoro, que es un área protegida de bosques, creado en 1987. En sus ríos, los locales y turistas encuentran un motivo para el disfrute. El Machigua, Yaguala, Aguán y Alao, son algunos de los cursos de agua que pueden aprovecharse. En todo el departamento hay balnearios de agua dulce y termas que atraen con su oferta de relax y diversión. Algunos afirman que el Caribe tiene magia. En esta región de Honduras, parece que es cierto.
¿Alguna vez visitaste participaste de la lluvia de peces? Compartí aquí tu experiencia.
Fotos: Flickr/ Fox