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19 de May de 2014
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La Trochita, el tren de la fantasía

El Viejo Expreso Patagónico realiza un recorrido turístico por un paisaje de ensueño. Con sus vagones de antaño y su máquina a vapor conduce por su angosta vía hacia un viaje en el tiempo.
La Trochita, el tren de la fantasía
Es uno de los trenes turísticos más populares. Un recorrido que marcha sobre rieles.

Por Verónica Luna
La denominación de “La Trochita”, con la que se conoce al tren que recorre fragmentos de la provincia de Chubut, tiene su razón de ser. No se trata sólo del ancho de vía que es de apenas 75 centímetros, sino también que da cuenta del cariño que genera no sólo entre la población local sino también entre los turistas.La Trochita tren turístico de la Patagonia
Numerosas poblaciones surgieron a partir de la llegada del tren. Pequeños pueblos sumidos en las inhóspitas tierras patagónicas quedaron casi inmóviles cuando el servicio regular dejó de funcionar. La identidad del ferrocarril se percibe en la fisonomía de sus construcciones, en el trazado de sus calles cuyo eje principal no puede ser otro que la estación.  Algunos de esos poblados están alcanzados todavía por el trayecto que el tren realiza con fines turísticos. Allí, la rutina de su llegada, aún sigue siendo una bendición.
Existen dos puntos desde los cuales puede iniciarse el recorrido. El principal, y el más frecuentado, parte desde Esquel los días sábados, (y con mayor frecuencia en temporada alta y festivos), hacia la estación  Nahuel Pan, un pequeño poblado mapuche. Son 20 kilómetros de recorrido en los que el paisaje que acompaña al recorrido se manifiesta en todo su esplendor.
La Cordillera a un lado, el valle hacia el otro, más allá la estepa y algunos mallines poblados de aves acuáticas como flamencos, cauquenes, patos. La escenografía que acompaña el transitar del tren es mágica. Pero también el propio ferrocarril es parte del hechizo.La Trochita
La locomotora funciona a vapor, y mientras realiza su recorrido dibuja una estela de humo que se disipa con el viento. Parece divertirse en su hazaña turística cuya velocidad no supera los 30 kilómetros por hora, y cada tanto se oye el sonido metálico de su bocina. Los ocasionales espectadores de su paso, no pueden evitar la tentación de saludar al tren. Los pasajeros, con su rostro pegado a las ventanillas miran con asombro y también saludan.
Los vagones de madera se mueven a un ritmo bamboleante. Los turistas siguen expectantes el recorrido a la espera de la siguiente curva que les devuelva la imagen del tren en su totalidad transitando por ese paisaje solitario. El vagón comedor ofrece un momento delicioso donde se combinan el encanto del paisaje, algún bocadillo y la fantasía del tren.
En la estación Nahuel Pan se realiza una parada donde los viajeros pueden dejarse sorprender por artesanías mapuches realizadas en madera, cerámica, cuero, piedra o metal o adquirir una buena manta hilada artesanalmente. Al cabo de un momento, se emprende el regreso.
El otro tramo parte desde El Maitén. En esa pequeña población se encuentran los talleres y el museo que le rinde tributo al tren. Es menos popular que el recorrido que parte desde Esquel, pero no menos importante.
El Museo está emplazado en la propia oficina de la estación. Los objetos en exhibición relatan la llegada del tren, su importancia como medio de transporte y desarrollo para la región, hay muestras de boletos y del atuendo del personal.Museo de La Trochita
A escasos metros, se encuentran los talleres. Allí se realizan todas las tareas de mantenimiento del Viejo Expreso Patagónico, tanto el que parte desde Esquel como el que sale de El Maitén. Desde maquinaria que ya no se utiliza, hasta las instalaciones con sus diferentes dependencias pueden recorrerse en compañía de un guía que explica el funcionamiento y las tareas que se realizan. Los ejemplares de las locomotoras que se utilizan, Baldwin (norteamericana) y Henschel (alemana), miran silenciosas el paso de los curiosos. Los vagones en remodelación cuentan la historia de su procedencia europea (belgas), y la disposición de las distintas secciones dentro del taller, hablan de la especialización de los técnicos de ahora, y también de las condiciones laborales de los trabajadores del ferrocarril antes. Toda una visión de conjunto se obtiene en los talleres antes de emprender el viaje.Talleres de La Trochita El Maiten
El tramo que parte desde El Maitén tiene la misma distancia del que parte desde Esquel, unos 20 kilómetros hasta el Desvío Bruno Thomae. Al cabo de unas maniobras, la locomotora está al frente de los vagones, lista para partir. El guarda, con su uniforme característico, pasa solicitando los pasajes. El tren se mueve y la fantasía se desata.
Ese paseo que ahora es turístico, en las primeras décadas del siglo XX era el principal medio de transporte. La rigurosidad climática, la escasez de otras rutas, convirtieron al ferrocarril en una vía vital para el tráfico de mercancías. El primer tren a El Maitén llegó en 1941. Recién en 1950 el servicio comenzó a transportar pasajeros desde Esquel hasta Ingeniero Jacobacci (Río Negro), donde se hacía el trasbordo hasta Buenos Aires. Era un viaje largo en el cual el frío intenso era mitigado por estufas a leña, las mismas que en la actualidad pueden observarse en los vagones. En la década de 1990, el ramal dejó de funcionar. Sin embargo, luego fue reabierto con fines turísticos, aunque sólo en algunos tramos. En 1998 fue declarado Monumento Histórico Nacional.La Trochita
En cada época del año, la postal que se obtiene es fantástica. Desde los ocres del otoño hasta el blanco de la nieve y los hielos que cubren las cumbres, el colorido de las flores y el brillo del sol que todo lo resalta en el verano. A escasos metros de las vías, el rápido correr de las liebres asustadas por el paso del ferrocarril agrega asombro al panorama que disfrutan niños y adultos. Como si se tratara de un cuento de fantasías, el viejo tren lleva a un viaje imperdible, a un viaje de fantasía.
¿Alguna vez viajaste en La Trochita? Relatá aquí tu experiencia.
Más información en: http://www.patagoniaexpress.com/el_trochita.htm


Ver Chubut en un mapa más grande
 
 
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