La isla de Capri

En un viaje por Italia, podremos visitar ciudades hermosas como Cerdeña, Roma, Florencia, Venecia y varios lugares más que merecen la pena ser visitados.

Una de las costas más impactantes de Europa se encuentra en Italia, y más precisamente en Capri, una isla que dista de 17 millas marinas del sur de Nápoles y a solo 3 de la península de Sorrento.

Acantilados al mar, pequeñas playitas y naturaleza salvaje se combinan en esta isla que cuenta con el El Monte Tiberio de 334 metros y el Monte Solaro de 589 metros, los puntos más altos y con las mejores vistas.

Capri fue un importante centro medieval que era usado como destino veraniego de la alta sociedad de la época, tradición que se mantiene hasta hoy en día.

La isla está repleta de olivares, bahías escondidas y vistas del azul mediterráneo, a lo lejos también se pueden ver las magnificas ciudades de Nápoles y Mt. Vesuvius, así como la Marina Piccola, las Islas Faraglioni Y Punta de Tragara.

Las dos ciudades más pobladas de la isla son Capri y Anacapri está llenas de tradiciones antiquísimas y ruinas enmarcadas en paisajes de ensueño.

Gracias a su historia, la isla cuentan con puntos icónicos que fueron transitados por famosos escritores y artistas desde el medioevo hasta la actualidad.

A la isla se puede ir en ferry, que atraca en el puerto Marina Grande, que recibe a sus visitantes con un paisaje lleno de veleros, barcazas de pescadores y decenas de casitas de colores construidas en las laderas de los suaves cerros. En el siglo XIX las personas que llegaban a la isla desembarcaban directamente en la arena de la playa del puerto, recién en 1928 se construyó un primer malecón destinado a las operaciones de embarco y desembarco. Ahora ese muelle y el puerto en sí son el centro turístico de la isla desde donde se contratan tours o se parte a las recorridas. Capri es una isla muy chica y a casi todos sus puntos más importantes se puede llegar a pie y sin hacer ningún esfuerzo.

Un lugar para visitar es el Chalet San Michele, construido en 1896 en un altiplano y que tiene una vista impactante través del puerto Marina Grande. Hoy es un museo y un lugar obligado de visita por su estilo arquitectónico ecléctico.

Otro punto típico de Capri es el Arco Naturale, un arco que es el único resto de lo que fue una cueva que se esconde en la montaña. A lo largo de muchos años de erosión, su superficie se fue transformando y dejando al descubierto un gran arco de piedra que se sostiene en la montaña.

Para llegar a la ciudad de Capri hay que subir en un funicular que da grandes paisajes de la isla y sus aguas. La ciudad tiene dos núcleos: donde están las casas más lujosas y grandes, y el área histórica donde está la iglesia de S. Maria delle Grazie que data del siglo XI, murallas de piedra y angostas callecitas.

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