Por Belén Filgueira Risso
La India tiene miles de puntos turísticos y atracciones curiosas con las que sorprenderse, pero uno de sus paseos más deslumbrantes y peculiares es el que se puede hacer en el "Toy train" de la zona de Darjeeling, justo en el borde del Himalaya y uno de los únicos puntos desde donde se puede ver perfectamente sus picos más altos.
Si viste la película "Viaje a Darjeeling", del director estadounidense Wes Anderson, esta travesía en el tren por la zona de West Bengal será un manera de vivir en carne propia las aventuras de los protagonistas del film.
Este pequeño tren azul que transita por una vía muy angosta y arrastra un puñado de vagones con una antigua locomotora, fue nombrado Patrimonio de la Humanidad en 1999 por la UNESCO gracias su contribución al espíritu del lugar y por el icónico recorrido que realiza.
El "toy train" hace -todos los días- un recorrido de 83 kilómetros que va desde New Jalpaiguri hasta Darjeeling, atravesando llanuras, montañas, antiguos puentes y misteriosos poblados.
Partiendo de New Jalpaiguri, en las llanuras de West Bengal, el tren pasa por Chunbathi, cruza el puente de hierro sobre el río Mahanudda y llega a la estación de Rungtong. A partir de allí, el trencito se enfrenta a pendientes de casi 60 metros, pasa por perfumados sembrados de té y llega al "Agony Point" donde se pueden admirar las vistas más lindas del recorrido.
A medida que el tren sube, los paisajes mutan, comienza a hacer más frío y también cambian las características físicas de los habitantes, que en esta zona tienen ascendencia nepalí y rasgos más similares a los mongoles que a los indios.
Luego se llega a la estación de Rangtang, que cuenta con una vista privilegiada de bosques y laderas, y unos kilómetros más adelante, el tren atraviesa un valle alto con un paisaje lleno de montañas, que cada vez se hacen más cercanas.
La estación de Tindharia también recibe al tren, esta era un antiguo lugar donde los turistas frenaban a tomar el magnífico té local, admirando la extensa visión de las montañas. A continuación espera a los viajeros el tramo más peligroso y curioso del recorrido, un punto rodeado de montañas de piedras en el que el tren debe ir de reversa por una vía que tiene ángulos en zig zag. Después de haber disfrutado de la adrenalina, se llega a la estación de Gayabari, a 1040 metros sobre el nivel del mar.
Más adelante el "toy train" atraviesa las zonas de Mahanadi, Gidhapahar y Kurseong, un encantador poblado de montaña. Para llegar a Tung, el siguiente destino, los viajeros atravesarán pequeños bosques de perales, cerezos, arces y plantas de cardamomo.
Ya en este punto, se empiezan a ver monjes tibetanos caminando con sus coloridas túnicas, y se llega al bosque protegido de Senchel, que despliega sus robles, orquídeas y magnolias milenarias para que todos las puedan disfrutar.
Más arriba en la montaña, la vista del Himalaya invade los sentidos y a continuación se llega a la estación de Ghoom, a más de 2.200 metros de altura, que es la más alta de la India y la segunda en todo el mundo.
Al dejar Ghoom, las vías descienden mientras se acerca a Darjeeling y pasa por la circunvalación de Batasia, donde hay un monumento a los soldados Gorkha. Desde allí hay una fabulosa vista del poblado de Darjeeling y del monte Kanchenjunga, el tercero más alto del Himalaya.
Finalmente, el pequeño tren de juguete, que parecía frágil, deja a sus pasajeros en la estación final luego de una travesía de casi todo el día.
El viaje en el tren de Darjeeling es una experiencia que nadie debe perderse, todos los que lo han hecho descubrieron una faceta de la India que no habían imaginado.
¿Alguna ves hiciste un viaje en un tren particular como este? Cuéntanos tu experiencia aquí
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