Una caída siempre es impactante pero se convierte en verdaderamente impresionante cuando la elevación desde donde se produce es considerable. Esta caprichosa regla no escapa a los fenómenos naturales. Las cataratas, que son los lugares donde el agua fluye rápidamente perdiendo altura y discurriendo en un acantilado o en una región con fuerte desnivel, pueden registrar dimensiones inimaginables y sumamente atractivas para el turismo.
Más allá del ambiente que acompañe la caída de agua y la belleza que pueda presentar el paisaje y la vegetación, las cataratas más imponentes, con seguridad, son las de mayor altura. El estruendo del agua al caer y la espuma generada por el impacto se convierten en espectáculos fenomenales.
El
Salto del Ángel, Kerepakupai Vená en pemón -pertenece a la familia de idiomas caribes y significa salto del lugar más profundo-, se encuentra ubicada en el Estado de
Bolivar, Venezuela y cuenta con una altura de 979 metros.
El Parque Nacional Canaima, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es el lugar físico donde se sitúa este magnífico espectáculo natural que todos los años es visitado por una gran cantidad de turistas aunque su acceso no es sencillo debido a que se mantiene aislado por la espesa selva.
Una de las escasas posibilidades para alcanzar la región es a través de un viaje en avioneta. Otra forma de visitarlo es mediante una excursión que inicia en el Puerto Ucaima en Canaima. Continúa con la navegación por el río Carrao y, luego, por el Churún. Hasta llegar al Salto Ángel dura aproximadamente 3 horas y de allí se debe caminar una hora más en medio de la selva.
El descubrimiento de este fenómeno natural se le atribuye al aviador Jimmy Crawford Ángel (le corresponde el nombre del salto), quién lo exhibió al mundo en 1937 luego de haber realizado un aterrizaje en la cima del Auyan Tepuy cuando se encontraba en la búsqueda de oro por la zona.
Por otro lado, Sudáfrica se anota en el segundo lugar entre los torrentes más altos del mundo. El Salto del Tungela, situada en el Parque Nacional Natal Real de la provincia de KwaZulu-Natal, pasa por cinco caídas hasta completar un total de 947 metros de elevación.
El río Tungela, fuente tributaria de dos grandes ríos sudafricanos -Orange y Vaal-, es el encargado de producir el salto que enamora por su paisaje y su nutrida vegetación.
En tercer lugar se ubica la catarata de Las Tres Hermanas conformada por, justamente, tres espectaculares caídas de agua de aproximadamente 200 metros cada una. Se encuentra en la ciudad de Ayacucho, Perú y es alimentada por un afluente del río Cutivireni. La altura total de este fenómeno es de 914 metros aunque lo que lo hace aún más impresionante son los perfectos saltos mencionados anteriormente.
14 metros de altura separan al tercer puesto con la Olo´upena que se sitúa en el estado norteamericano de Hawaii, más precisamente en la Isla Molokai. Se encuentra cubierta de montañas y por tal motivo el acceso turístico es complicado.
Es cierto que este salto no conforma la de mayor volumen en el territorio donde pertenece pero sus 900 metros de altura le otorgan un lugar de privilegio entre las más deseadas por los turistas y fotógrafos de todo el mundo.
Ahora es el turno del país escandinavo. Noruega ostenta el quinto y el sexto puesto en esta categorización. La primera que se presenta es la conocida como
Vinnufossen ubicada en la provincia de More og romsdal exhibiendo una altura de 860 metros mientras que el salto ubicado en el sexto puesto del ranking es la de
nominada
Balifossen. Se puede visitar en el condado de Hordaland y observar con impresión los 850 metros de altura que ostenta.
De esta manera llegamos al último peldaño del escalón que no solo presenta grandes elevaciones sino que también muestra fenómenos naturales admirados por millones de turistas. La más pequeña de todas (solo es una manera de decir) se halla en Hawaii y se la denomina Pu uka oku. Con 840 metros (139 menos que el Salto del Ángel) se encuentra al norte de la isla Molokai, en medio de los acantilados más altos del mar en el mundo.
Así, como agua caída del cielo, las cataratas otorgan espectáculos visuales que enamoran a los visitantes e impresionan al mundo entero. Desde la altura del Salto del Ángel hasta la Pu uka oku conforman solo una clasificación arbitraria y entretenida de la magnitud que puede este fenómeno natural que solo incrementa la idea de pequeñez del hombre ante el propio ambiente, el cual muchas veces sufre la destrucción y la sobre explotación en pos del progreso de la "civilización".
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