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27 de abril de 2011
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Tiempo de reflexión: solo o en compañía

Emprender un viaje en solitario puede tener tanto sus lados positivos como negativos. Lo mismo sucede cuando nos embarcamos en una travesía de a dos o más. Aquí, un repaso de algunas de las ventajas y desventajas de ambas modalidades para poner en una balanza y tomar una buena decisión.

Como todo en la vida, están quienes prefieren emprender una travesía acompañados y no se mueven de su hogar sin alguien al lado y quienes disfrutan más del contacto con las culturas extrañas a la suya de manera solitaria. Se trata de dos experiencias totalmente diferentes, pero para cada una de ellas hay que tener un temple y una visión distinta.

Para aquel que desea recorrer el destino sólo hay distintas facilidades. Así, a la hora de conseguir alojamientos, si bien en los hoteles corren con desventajas porque la tarifa single suele ser más cara que la base doble, hay familias que rentan una habitación de sus propias casas o que se ofrecen como guías locales.

Ir sólo ofrece la posibilidad de recorrer los lugares que son de interés particular, ya que no a las personas les gusta lo mismo. Además, de esta manera hay plena libertad para visitar lo que sólo uno quiere, cuándo y cómo quiere. Eso sí, deberás molestar a alguien más para que te tome una fotografía y no tendrás a nadie al lado para compartir tus sensaciones (aunque hoy, con el auge de las redes sociales, eso es lo de menos ya que a través de tu teléfono celular puedes compartir tu experiencia y hasta tus fotos con miles de amigos, incluso a la distancia).

Al viajar solo te abres mucho más a nuevas experiencias y simplemente te dejas llevar por estar en esos lugares. Te animas a hacer cosas que quizás estando acompañado no harías y te ves obligado a interactuar con otras personas y así ampliar tu abanico de contactos, experiencias y, por qué no, amigos.

Además, al no depender de un compañero de ruta o de un contingente completo, ganas tiempo, ya que se eliminan las horas muertas de espera a que todos estén listo o que regresen de comprar un souvenir para continuar con la excursión.

Pero la realidad indica también que ir acompañado de un grupo es placentero y, de hecho, hay lugares alrededor del globo que no permiten las visitas que no sean en grupo, ya sea por comodidad del país anfitrión o por seguridad. Aquí citamos unos beneficios:

Hay lugares que tienen una magia especial y que deben ser compartidos, ya sea con amigos o en pareja. Un atardecer en alguna playa paradisíaca con alguna bebida típica es algo digno de ser compartido o con una pareja o con amigos. La playa tal vez, entonces, no sea el mejor destino para ir solo.

Otra ventaja de la compañía es que te sientes más seguro, ya que ante cualquier eventualidad puedes recurrir a alguien conocido.

Viajar acompañado suele generar nuevos lazos, o reafirmar los existentes entre los compañeros de viaje. A pesar de las discusiones, el compartir tanto tiempo juntos ayuda a forjar relaciones mucho más sólidas y fuertes.

Se pueden dividir las actividades de fotografía y filmación de manera de poder compartir todo a la vuelta.

Por último, los costos son menores, ya que casi todo se divide.

¿Tu qué prefieres? Comparte tu experiencia.

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