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12 de agosto de 2013
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Recorrer Latinoamérica dibujando sonrisas

Una pareja de odontólogos argentinos lleva más de un año y medio viajando por Sudamérica brindando formación para la salud oral con su proyecto Latinoamérica Sonríe.
Recorrer Latinoamérica dibujando sonrisas
Latinoamérica sonrie

Por Henar Riegas
Maximiliano y Marianela son una pareja argentina, ambos de 29 años, que están viajando por Latinoamérica. Con esta presentación podrían ser una de tantas parejas o individuos que se han decidido a recorrer el sur del Continente, o el mundo. Pero no son una de tantas. Son dos odontólogos que decidieron dejar su consulta en San Juan, sus pacientes, su casa y su rutina para trabajar in situ en torno a las necesidades de salud oral que existen tanto en Argentina como en otros países de Latinoamérica.MAri
Llevaban mucho tiempo reflexionando en torno a esto. Un día, allá por 2010, después de una crisis de estrés por exceso de trabajo, dejaron de pensar y se pusieron en camino, desde San Juan (Argentina), a bordo de un viejo jeep que no alcanza más velocidad que 50km/h.
Sin prisas, con un tope de 200 km. por día, así tenía que desarrollarse este viaje comprometido que los devolvía a su minuto cero genuino para empezar a recorrer un sueño, al que han llamado Latinoamérica Sonríe.
Odontolocospara la salud
Estos dos “odontolocos”, así cuentan que les han apodado durante este viaje, se pusieron en ruta con un propósito claro: practicar la odontología para la salud y no para la enfermedad, es decir, apuntalar la prevención, inculcar, especialmente a los más pequeños, la importancia de hacerse cargo de uno mismo y no buscar soluciones solo cuando la enfermedad ya está instalada.
Viajar es una parte esencial de este proyecto porque viajando se abre la mente, porque uno sensibiliza su dimensión social al conocer las necesidades de otros, porque se aprende mucho y, sobre todo, porque se eliminan prejuicios. También el viaje les ha enseñado como pareja. Todo el día y todo el tiempo están juntos. Trabajando juntos. Apostando juntos. Creyendo juntos. Creciendo juntos. Así llevan más de un año y medio. Ya están de regreso en Argentina pero aún tienen que llegar al punto de partida, San Juan. En el camino se han quedado Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, MaxiColombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala, Belice, México o Cuba.
Más allá del objetivo la espontaneidad también es clave en este viaje. No han diseñado un plan perfecto al que ajustarse. Lo único que sí han buscado previamente son contactos locales porque así les resulta más accesible acercarse a la gente. Después, el tiempo que se han quedado en los lugares nunca se ha repetido. Se puede alargar días como terminarse antes de tiempo. Tanto es así que la intendencia también se improvisa. De hecho, cuentan que han dormido en su jeep al lado de estaciones de servicio, en carpa, en algún hospedaje de lujo que les facilitaron personas que querían colaborar con su proyecto y que a cambio de charlas formativas les han proporcionado el alojamiento.
Su metodología de trabajo es ofrecer charlas didácticas e interactivas, en comunidades generalmente rurales y alejadas, con las que facilitan formación a niños y adultos sobre la importancia de la salud bucal. Después de los países recorridos hacen balance y concluyen que en general los niños de las comunidades que ellos han visitado tienen buena salud oral, lo que depende de la dieta que consumen y que en esas realidades se reduce, fundamentalmente, a verduras y frutas, maíz, carnes y apenas gaseosas o azúcares.
Maximiliano y Marianela querían llegar a lugares apartados, visitar, convivir, aprender y aportar en comunidades a las que llegan pocos y en las que los chicos no han visto nunca un dibujo animado, por ejemplo. Esos son sus destinos, profesional y personalmente. Esos son los que les han dejado ya muchas satisfacciones y también el sabor triste de la despedida cuando se han generado lazos intensos y hay que desatarlos.dando una charla
No dicen qué lugar les ha marcado más. Ni el más bonito.  Este viaje les está enseñando muchas cosas, entre ellas que los lugares pueden ser bonitos o feos pero que, y aunque resulte un  tópico, lo que identifica un lugar es su gente. Y así ha habido pueblos en los que se han quedado más tiempo por eso, por la hospitalidad de su gente. A Colombia, por ejemplo, llegaron sin haber escuchado muchas cosas buenas y sin embargo les ha impactado, para bien. Como Ecuador. Y como suele ocurrir, este viaje también les ha enseñado su país. Y lo han descubierto: dicen que se han dado cuenta de lo avanzado que es Argentina.
Un trabajo altruista y un viaje austero
Se financian con sus ahorros y con el alquiler de su departamento. La familia, los amigos y algunos viejos pacientes han colaborado con repuestos para el auto, ropa, calzado o comida. El trabajo social que han realizado ha sido absolutamente gratuito.
El viaje se está terminando pero Latinoamérica sonríe continúa su periplo. En cuanto esta pareja se haya organizado un poco y retomen su vida en San Juan, convertirán este proyecto en una fundación a la que quieren sumar a más personas del ámbito de la salud, no solo odontológica, es decir, reunir a todos los que trabajen y quieran alegrarle la vida a la gente para seguir dibujando sonrisas.
Más información en http://www.latinoamericasonrie.org/
 

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