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21 de noviembre de 2011
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Había una vez...

Con los hermanos Grimm como uno de los principales exponentes, Alemania ofrece un circuito imperdible para chicos y para quienes todavía guardan a un niño en el corazón. La ruta de los cuentos promete un final feliz.
Había una vez...
El escenario boscoso en el que se inspiró Caperucita Roja.

El monumento a los hermanos Grimm en Hanau (clickear para agrandar imagen).Más de 70 ciudades y mucha fantasía recorren la ruta alemana que une Bremen con Hanau y que tiene como común denominador a los cuentos que los hermanos Grimm escribieron en toda su vida, haciendo felices a miles de niños alrededor del mundo, quienes no dudan en visitar entonces este particular circuito turístico.

Un encuentro con Caperucita Roja, Hansel y Gretel o el Flautista de Hamelín y mucho más aquí es posible. Son más de 600 kilómetros en los que la leyenda, la magia y los paisajes naturales transportan a sus visitantes a un verdadero mundo imaginario que, por momentos, se vuelve realidad. El palacio de la Bella Durmiente y de Cenicienta o el castillo donde Rapunzel deja caer sus cabellos interminables se intercalan con otros puntos imperdibles en el camino.

Así, por ejemplo, la torre de Rapunzel puede verse en el pueblo de Trendelburg. Y desde allí, además de sacarse fotos, se puede obtener una inigualable vista del bosque Reinhardswald. En tanto, el famoso escenario en el que el príncipe azul besa a la Bella Durmiente es el castillo Sadaburg y también aquí puede visitarse.

La estatua de Rapunzel también está presente (clickear para agrandar imagen).En Ebergötzen está el Museo de los Molinos, donde se pueden ver las travesuras de Max y Moritz; mientras que la inolvidable Caperucita Roja dejó su huella en Schwalm, donde tampoco se olvidan del malvado lobo feroz. Por supuesto, en Hamelin ronda el espíritu del flautista que supo encantar a las ratas con su música y liberar a la ciudad de esa invasión. Los días perfectos para visitarla son el sábado y el domingo, ya que al mediodía se hace una representación de este cuento (evento multitudinario que repiten los miércoles por la tarde). Y las románticas que quieren ser Cenicienta por un día, no pueden dejar de visitar Polle.

Y para darle el clima que este recorrido merece, en varios de estos puntos los personajes de los cuentos en persona son los encargados de recibir a los visitantes y homenajearlos con los mejores banquetes medievales y principescos, al mejor estilo cuento de hadas.

En rigor de verdad, la ruta tiene su puntapié inicial en Hanau, una ciudad cercana a Frankfurt, cuna de los hermanos Grimm. Allí, los amantes de sus cuentos no pueden dejar pasar la oportunidad de fotografiarse junto a la estatua de la plaza del mercado en honor a los escritores.

Polle, una de las paradas de los cuentos de hadas (clickear para agrandar imagen)Luego llega el turno de Steinau, un pequeño pueblo donde los hermanos Grimm pasaron gran parte de su infancia y donde la que fuera su casa se convirtió en un museo que cada día ofrece la recreación de un cuento diferente. Pero para conocer mejor su historia hay que llegar hasta Kassel, donde está el Museo de los Hermanos Grimm, que cuenta toda la vida de los escritores así como de sus cuentos. Y para los fanáticos de estas plumas prodigiosas, en Göttinga está la ciudad universitaria donde se desarrollaron como profesores.

La siguiente parada es Alfeld, puerta de entrada al fantástico mundo de Caperucita Roja; historia que, como ya dijimos, tiene su escenario principal en los bosques de Schwalm.

El otro extremo de esta ruta encantada es Bremen, ciudad que inspiró a Los músicos de Bremen, quienes tienen una estatua en la plaza principal.

Tú, ¿has visitado alguno de estos destinos? Cuéntanos aquí.

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