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27 de enero de 2010
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Denominador común, el silencio: hoteles donde la paz es anfitriona

Ya sean castillos, mansiones, molinos o residencias rurales, en el campo, la montaña o al borde del mar, los establecimientos que integran la cadena Relais du Silence se caracterizan por su encanto, personalidad y tranquilidad.

¿Qué tienen en común un castillo en la campiña francesa, una pequeña casa en los Alpes, una hostería al borde del mar o un viejo molino en la orilla de un río? Una misma filosofía en hotelería reconocida bajo el sello de Relais du Silence, una cadena que se distingue por ofrecer opciones de alojamiento en ambientes silenciosos, tranquilos y amigables.

(clickear para agrandar)La cadena nació en 1968 a partir del impulso de hoteleros independientes que compartían un mismo concepto en atención a los huéspedes y buscaban unir sus esfuerzos y recursos en acciones de promoción nacional e internacional. En 1993, se creó una unión internacional de todas las asociaciones nacionales bajo la figura de un grupo de interés económico.

Hoy, Relais du Silence está integrada por 262 hoteles en Europa (tiene presencia en Francia, Italia, España, Gran Bretaña, Alemania, Austria, Suiza, Luxemburgo, Bélgica y los Países Bajos) y planea extenderse a otras regiones.

El ruido, un huésped que no es bienvenido

Detrás de todos los hoteles que ostentan el logo que los señala como integrantes de Relais du Silence se encuentra una filosofía tan simple como taxativa: el ruido es una intrusión social que produce estrés e infelicidad y que, por tanto, no tiene por qué ser tolerada.

Con este leit movit, todos los miembros a la cadena comparten la búsqueda por ofrecer a sus huéspedes un ambiente en contacto con la naturaleza y pacífico, en el que es posible disfrutar tanto del descanso como de la recreación con calma y tranquilidad.

Autenticidad, comfort, simplicidad y calidez

Además del silencio, los hoteles de Relais du Silence comparten otros valores que ponen el foco en la escala humana, la calidad y el toque personal: sus instalaciones nunca son iguales y la experiencia que ofrecen no está estandarizada en modo alguno.

Así, en primer lugar, todos los establecimientos deben tener un estilo personal que los distinga. De este modo, satisfacen lo que es –sostienen– la necesidad humana por el estilo, la belleza y la autenticidad. El resultado es un catálogo de opciones de alojamiento con una variedad asombrosa de estilos arquitectónicos, tamaños (de sólo 7 hasta 50 habitaciones), paisajes y servicios (de dos a cuatro estrellas) que incluye casas solariegas, hosterías, residencias, mansiones, castillos, haciendas, molinos, casas rurales, granjas y chalés acogedores, tranquilos y encantadores.

(clickear en la imagen para agrandar)El segundo aspecto que sobresale en los miembros de Relais du Silence es la calidez en la atención (en muchos casos son los propios dueños quienes están presentes en el trato diario con los huéspedes). El objetivo es que los viajeros se sientan como si estuvieran en su propia casa y no de paso.

La gastronomía es otro punto que merece ser destacado: cocina de autor o casera, pero siempre de calidad y con excelente servicio.

Un sello de calidad

Al mismo tiempo que realiza una cuidadosa selección de sus nuevos miembros, Relais du Silence también practica un seguimiento minucioso de los hoteles que integran la cadena a través de “visitas misteriosas”. De ese modo, se aseguran niveles de calidad en la atención y los servicios.

A través de la página web de la cadena es posible consultar la base completa de miembros, así como realizar reservas y acceder a ofertas o promociones de paquetes.

Más información: www.relaisdusilence.com

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