De vacaciones en el desierto

La nueva filosofía con respecto a los viajes es “de todos los destinos se puede sacar algo positivo” por eso cada vez están más de moda lugares a los que hace algunos años nadie hubiera querido ir.

Los desiertos con sus peculiares paisajes y climas son un nuevo imán para turistas aventureros que quieren pasar los días viviendo una experiencia llena de sol y arenas milenarias, mientras que la noche está inmersa en el silencio a la vista de millones de estrellas.

Te contamos cuales son las propuestas turísticas a las que se puede acceder en los desiertos más ricos del mundo.

Desierto de Dubai

Dentro de la Reserva de Conservación del desierto de Dubai, está Al Maha Desert Resort & Spa, un reducto de lujo donde se puede disfrutar del desierto y su tranquilidad absoluta.

El hotel brinda una experiencia desértica que está unida a la cultura regional y las tradiciones de los habitantes más antiguos y peculiares de la región: los beduinos.

Todas las instalaciones son muestra de la típica arquitectura árabe y exhiben la colección privada más grande de antigüedades y obras de arte en el golfo. Al Diwaan es el restaurante del hotel que permite comer en una terraza que da directamente a una vista del horizonte del desierto.

En un lugar privado del desierto de la reserva y bajo las estrellas se puede disfrutar de un picnic. Mientras que las dunas del parque están llenas de gacelas, búhos, aves locales, reptiles y mamíferos.

Se puede hacer el safari a pie, en un vehículo con aire acondicionado, mientras que también se ofrecen originales excursiones a caballo y senderismo en camello.

Desierto de Gobi, en Mongolia

En el desierto de Gobi, uno de los más famosos del mundo, existen muchas opciones para alojarse y vivir desde adentro estos mares de arena. El Three Camel Lodge es un campamento de lujo que une una experiencia de aventura con todo el confort. Muy cerca de la montaña Gobi Altai y del Parque Nacional Gobi Gurransaikhan está este hotel comprometido con el medio ambiente y el turismo sostenible. Actividades, experiencias para conocer la particular fauna y flora local en su hábitat natural, y paseos donde admirar jeroglíficos antiquísimos tallados en rocas desérticas.

Zorros y lobos se puede ver a la distancia mientras se escalan las colinas de Gobi Altai o se hace un recorrido sobre el lomo de un camello.

Desierto del Sahara, en Túnez

Contrastes, climas y paisajes variados son el centro del Sahara tunecino donde se puede vivir una experiencia desértica como si el tiempo se hubiera detenido hace cientos de años.

Un 40% del país está ocupado por un desierto de arenas blancas que son atravesadas por largas rutas por donde los turistas pueden transitar y adentrarse en esta maravilla natural.

La ciudad de Tozeur es el centro de operaciones de todos los que quieren adentrarse en el desierto, ya sea en camello o en camionetas todo terreno. Tozeur está preparada con variada infraestructura turística, pero conserva su encanto de antaño. Desde allí se puede ir a los oasis de Chebika, Tamerza y Midès, puntos construidos por los romanos que hoy se erigen en el medio del desierto. Casas de piedra, calles vacías y las dunas desérticas de fondo crean un paisaje que no verás en ningún otro lugar del mundo.

Desde Tozeur hasta la ciudad de Kebili la ruta se abre entre los cambiantes médanos de arena, poniéndonos cara a cara con la soledad del desierto. Ya en Kebili, las ofertas turísticas son miles y van desde observar el desierto a vista de pájaro desde un ultraligero, alquilar un cuadriciclo para recorrer las dunas o pasear en camello durante el atardecer.

Desierto de Atacama, en Chile

En medio del desierto de Atacama, precisamente en la ciudad de San Pedro, se encuentra el Hotel Desierto de Atacama. El desierto más árido del mundo, da la posibilidad de hospedarse en sus entrañas y admirar sus vistas únicas compuestas por valles, montañas, mar y una flora y fauna especial. Muy cerca de la cordillera, esta zona tiene áreas de 5.000 metros de altura, dando paso a uno de los desniveles más grandes del mundo entre ésta y el fondo marino.

Desde el hotel se pueden observar el volcán Ojos del Salado, el Volcán Licancabur de 5.916 m de altitud y los volcanes Puritama, Zapalleri, Lascar, Polar y Socompa.

A unos 17 kilómetros está el Valle de la Luna, declarado Santuario de la Naturaleza y parte de la Reserva Nacional de Los Flamencos, que tiene grandes esculturas naturales de todos los colores, formadas por la erosión fluvial y eólica a lo largo de miles de años.

¿Visitaste algún desierto? ¿Cuál? Comparte tu experiencia aquí: clickear.

Más información:
» www.threecamellodge.com
» www.emirateshotelsresorts.com/al-maha/en
» www.tierraatacama.com