Vuelos privados

Es un servicio usado sobre todo por los ejecutivos para realizar viajes corporativos y así ahorrar tiempo y ganar en servicio y calidad. Sin filas ni riesgos de paros, sobreventas y otros inconvenientes que suelen presentarse con las aerolíneas comerciales, los jets privados se convirtieron en una alternativa cada vez más requerida.

Claro que, debido a sus elevados costos, no están al alcance de cualquiera (estamos hablando de un mínimo de 1500 euros). Pero para muchos el precio vale la pena ya que, a cambio, reciben atención totalmente personalizada y la seguridad, dicen, está garantizada. Además, se ajustan a los horarios de los pasajeros, por lo que estamos hablando de viajes totalmente a medida, ya que uno elige el punto de partida, el de llegada, la fecha, la hora y hasta el tipo de confort que quiere, ya que hay algunas opciones cuyos interiores son una verdadera joya del diseño.

Así, por ejemplo, a bordo podemos encontrar desde conexión Wifi y pantallas LCD gigantes para disfrutar bien de las películas, hasta un spa con aguas termales incluidas. Por supuesto, la gastronomía siempre es de primera calidad y se ajusta al paladar de cada cliente. Dormitorios y cocinas también suelen ser parte de estos aviones privados –según la categoría elegida y el dinero que uno quiera desembolsar, por supuesto- así como escritorios y todo el equipamiento necesario para quienes necesitan aprovechar las horas de vuelo para trabajar.

Una posibilidad un poco más económica son los aerotaxis, que si bien son vuelos privados, no tienen el lujo que ofrecen los anteriores, pero se convierten en una gran alternativa ya que, en algunas ocasiones, presentan costos inferiores a los de la clase business. Las ventajas siguen siendo las mismas que la de los jets privados: no hay esperas, los vuelos son directos, a medida e incluso permiten ahorrar otros costos ya que al ajustarse a los horarios y necesidades de quien los contrata, uno puede evitar pagar un hotel para pasar la noche y esperar al vuelo comercial de la mañana siguiente en el caso de, por ejemplo, un viaje por una reunión de negocios.

Un escalón más abajo están los helitour; esto es, un paseo por el aire a bordo, generalmente, de un helicóptero. No es lo mismo, pero es otra experiencia que vale la pena. Los vuelos de corta distancia también pueden ser una buena manera de probar el servicio y ya sí en un jet o un avión bimotor.

¿Más facilidades? La gran mayoría de estos servicios, si no todos, pueden contratarse vía Internet y son ideales para esos destinos que tienen pocas conexiones o baja frecuencia de vuelos desde tu lugar de origen.

Además, para los amigos del medioambiente, ya hay en el mercado aeronaves eco-friendly, que queman casi la mitad de combustible que el resto, emitiendo así menos carbono.

Con nombre y apellido

Por supuesto, los grandes millonarios no sólo no viajan en vuelos comerciales regulares sino que, además, rara vez alquilan jets privados. ¿Por qué? ¡Porque tienen los suyos propios!

Donald Trump es uno de ellos. Es dueño de un avión de 1968 decorado con sillones de cuero y cinturones de seguridad con hebillas de oro, el mismo material elegido para plasmar el logo de Trump en uno de los lados de la aeronave. En su interior no faltan las lámparas de cristal ni el arte.

Harrison Ford además de poseer un CJ3, lo pilotea en persona, igual que John Travolta que, como es amante de volar, tiene cinco aviones privados a falta de uno (y, por supuesto, también tiene su propia pista de aterrizaje).

Bill Gates no pilotea, pero sí vuela y lo hace en un jet de su posesión que tiene capacidad para 8 personas.

Tú, ¿has viajado en un jet privado? Cuéntanos aquí.