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01 de febrero de 2010
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Los viajes a través de la historia

Como el mundo, el turismo y los viajes cambiaron con los años. Te contamos cómo viajaban en otras épocas y los grandes beneficios con los que contamos hoy.

El turismo como tal nació en el siglo XIX, gracias a que los avances de la Revolución Industrial permitieron que las personas se movilizaran por placer, negocios o para visitar familiares. Por otro lado, los viajes existen desde que el mundo es mundo: los seres humanos siempre tuvieron la necesidad de moverse de territorio por diversos motivos.

Los primeros viajes de la historia se dieron por motivos bélicos o comerciales durante el Imperio romano. Éstos incluían la visita a Egipto, Grecia y la India, donde los mercaderes también aprovechaban para conocer lugares nuevos.

Luego, los musulmanes fueron los precursores de los grandes movimientos de personas y bienes, gracias a sus caravanas de camellos con las que transportaban las sedas, papel y esencias que vendían en las ciudades más importantes del Imperio.

Los nobles romanos fueron los primeros en realizar una forma de turismo similar al moderno, ya que se desplazaban por placer y solían comprar papiros que explicaban cierta área, souvenirs y grababan sus nombres en las piedras de los lugares que visitaban. El medio de transporte era a pie, a caballo o con carros tirados por diversos animales.

Desde ese entonces, los viajes se realizaron por tierra -gracias a los animales- o por vía marítima -gracias a la tecnología de los grandes imperios coloniales europeos-.

La Revolución Industrial y el hecho de que, de pronto, los trenes surcaran todo el continente, hicieron que los viajes turísticos fueran más accesibles a los bolsillos.

El 5 de julio de 1841, un tren partió de Leicester, en Inglaterra, llevando un grupo de pasajeros que buscaban encontrar nuevos pueblos, nuevas personas y nuevas cosas. Éste fue el primer viaje organizado. 10 años después, se realizó la Gran Exposición en Londres, donde asistieron más de 6 millones de visitantes, provenientes de otros países europeos.

A fines del siglo XIX, las personas viajaban con equipajes enormes que incluían grandes baúles y cajas, muy distinto a lo que vivimos hoy en día. A comienzos del siglo XX, llegaron el automóvil y los barcos, que hicieron cercanos lugares del globo que se creían inalcanzables. Los autos posibilitaron el turismo a zonas cercanas y las movilizaciones de gente durante los fines de semana.

En esa época, los barcos eran el único medio transcontinental y comienzan las rutas en el Mediterráneo y los cruceros de placer. Durante el siglo XX, además, se construyeron barcos cada vez más rápidos y lujosos que podían transportar cosas, pasajeros y hasta autos.

Los aviones, que en un comienzo eran de uso militar y luego para viajes de sólo unos pocos privilegiados, se convirtió en una manera masiva y rápida de llegar a rincones recónditos del planeta.

Los viajes en avión no son lo que eran: antes las máquinas no eran tan confiables y necesitaban hacer escalas para chequear que los motores estuvieran en orden, además de cargar más combustible.

A partir de los años 60, los aviones rápidos y supersónicos como el Concorde o la marca Boeing, que podía albergar hasta 300 pasajeros, se convirtieron en medios usuales de viaje.

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