A lomos de la mítica Harley Davidson

Texto: Armando Cerra  Fotos: Mónica Grimal
Estas letras tienen banda sonora, suena el Born to be wild de la película Easy Rider y brama AC/DC con su himno Highway to hell. Pero no hay que engañarse, hoy las Harley Davidson están más cerca del elitismo que del ritmo desenfrenado de kilómetros y drogas de la famosa road movie, y pocas son las que circulan por las carreteras del mal.
Sin embargo, un aura de mito las envuelve y sus pilotos cada vez que montan en la moto, cumplen con el rito de enfundarse en ropas de cuero y, si el clima acompaña, lucen sus tatuajes, imitando el estereotipo de Marlon Brando en otro film que forjó su leyenda: Salvaje.
Antaño estas motos se relacionaban con los Ángeles del Infierno y otras bandas callejeras. En cambio, actualmente, su alto coste hace que muchas sean propiedad de gentes de buen vivir con gran poder adquisitivo, que usan su motocicleta como vía de escape para salir a la carretera y durante unas horas ganar la libertad que pierden en su día a día.
De hecho, las Harley no están hechas para correr, sino para disfrutarlas, para cabalgar en su mullido sillín vibrando con el rugido del motor de dos cilindros en V, al tiempo que caen kilómetros sobre el asfalto.
Dicen sus apasionados que cuando se oye una Harley: “o uno lo siente, entonces no hay nada que explicar, o no lo siente, o sea que son inútiles las explicaciones”. Cosas como estas son las que se cuentan los aficionados de estas motos en sus habituales concentraciones.
Allí se reúnen miles de personas con sus modernas cabalgaduras, desfilan ante el público que acude a verlos, compiten para ver quién lleva los cromados más originales, gozan con los conciertos de rock que se celebran esos días y se desplazan entre paisajes que tal vez no conocían.
Pero sobre todo conviven durante unas jornadas con gentes de los más variados orígenes, a las que quizás solo ven una vez al año, conocidos en otras concentraciones semejantes. Todos ellos se sabrán la larga historia de estas motos americanas, surgidas en Milwaukee durante 1903 en el taller casero de dos veinteañeros: William S. Harley y Arthur Davidson.
La principal factoría aún se mantiene en Milwaukee, donde un museo narra su historia. Y ahí se impulsan los eventos que durante 2013 festejarán el aniversario. A ellos acudirán moteros que en su cotidianeidad son estrictos abogados, trajeados banqueros o abnegados obreros de la construcción, que se reservarán, como todos los años, unos días de vacaciones para recorrerse cientos o miles de kilómetros y juntarse con viejos amigos con los que compartir asfalto y alguna que otra cerveza, charlando de su pasión o de cómo les va la vida y cómo crecen sus hijos, a los que seguro que les intentan inocular el veneno de la gasolina y la carretera.
Pero no sólo son bienvenidos los moteros, cualquier persona puede acercarse, reina un ambiente de camaradería y si se tiene algo de gusto estético, se disfrutará. Porque las Harley Davidson son motos bellas y evocadoras, capaces de despertar las ganas de viajar y el ansia libertaria que todos llevamos dentro.
Para los que se animen, ahí va el calendario de eventos para este 2013:
-          Febrero: Concentraciones en Goa (India) y Auckland (Nueva Zelanda)
-          Marzo: Concentración en Daytona Beach (EE.UU)
-          Abril: Concentraciones en Melbourne (Australia) y Margate (Sudáfrica)
-          Primavera: Diversos eventos en México D.F (México)
-          Mayo: Concentración en el lago Quiandao (China)
-          Junio: Concentración en Roma (Italia)
-          Agosto: Concentración en Sturgis (EE.UU) y a final de mes en Milwaukee (EE.UU)
-          Septiembre: Concentración en Kuala Lumpur (Malasia)
Cuéntanos si alguna vez hashecho un viaje en moto y si nunca te has animado, pero deseas tener la experiencia de un inolvidable viaje en moto, no dejes de ver los Viajes que Emilio Scotto tiene programados para este año