Free tax, una franca estrategia

Por Verónica Luna
A lo largo del tiempo las mercancías han viajado desde un punto a otro del planeta. Por mar, por tierra, y después, también por aire, los productos han seguido rutas determinadas por la ubicación de las poblaciones.  Intercambio. Trueque. Comercio.
La necesidad de incrementar los mercados fue motivo de exploraciones, de conflictos bélicos, de expansión de imperios. Desde la época en la que el comercio era liderado por los fenicios, las áreas libres de impuestos se utilizaron como un mecanismo para propiciar el intercambio de bienes de ultramar. Estas áreas lograron tal desarrollo que dieron lugar al surgimiento de importantes centros comerciales como Alejandría y Cártago.
Los beneficios aduaneros y la disminución de impuestos son recursos más que interesantes para promover el desarrollo económico en una región. La comercialización de productos atrae la atención y genera el movimiento continuo de potenciales compradores. Las zonas francas son puntos de intercambio para el comercio en algunos puntos estratégicos del mundo.  
Las zonas que gozan de este régimen especial de disminución de impuestos y control aduanero, con lo que esperan no sólo incrementar el comercio, sino también el empleo, la inversión extranjera y la producción local, suelen estar en zonas alejadas que requieren de ayuda para fomentar su desarrollo.
Por ejemplo, Tánger, una de las principales ciudades de Marruecos, es una zona franca que desde 1999 concentra una importante producción automotriz y de microcomponentes electrónicos a causa de las inversiones que realizan las empresas europeas, Estados Unidos y Medio Oriente, lo que redundó en un considerable crecimiento del empleo.
Hong Kong está considerada la principal zona de libre comercio del planeta. Tiene una ubicación geográfica privilegiada ya que para las empresas extranjeras es un buen puente para llegar a la China continental. La colocación de productos en el gran país asiático es de interés supremo entre los empresarios de todo el mundo. La actividad portuaria goza de gran dinamismo por las numerosas embarcaciones que lo visitan y la enorme cantidad de contenedores que se apilan en sus instalaciones con productos provenientes de distintos puntos del globo. 
Los centros de compra son frecuentes en este Estado, tanto en locales comerciales como en mercados callejeros, la variedad de productos de tecnología es abrumadora. Productos de diversas marcas libres de impuestos, se convierten en verdaderas oportunidades para la adquisición de artículos electrónicos. Aunque también la venta de piezas de joyería es muy abundante. Las tiendas donde pueden obtenerse piedras preciosas, semipreciosas, perlas y ornamentos en oro, son increíblemente numerosas.
Otros puntos donde se han instalado fuertes centros comerciales libres de impuestos en el Sudeste Asiático son Corea el Sur, Singapur y Taiwan.
Colón, en Panamá, es otro de los grandes centros de comercio del mundo. Una gran variedad de productos de todo tipo y de diferentes procedencias, se concentran en un área de preferencia aduanera que es también un atractivo turístico.
El Canal de Panamá es una de las vías de comunicación más importante para el tránsito de mercaderías entre los diferentes puntos del globo. Cada día, la circulación de mercancías alcanza enormes volúmenes. Ese enorme tráfico, fue el punto de partida para que se pensara en la creación de una zona de libre comercio, la cual se implementó a mediados del siglo pasado. Desde entonces, un sinnúmero de marcas de los más diversos productos como perfumes, indumentaria, joyas, artículos electrónicos, y muchos otros, pueden adquirirse en cualquiera de los comercios que pueblan la zona.
Cerca de 250 mil visitantes al año, eligen la zona franca de Colón. Está ubicada a unos 40 minutos por carretera desde la ciudad de Panamá. Otras vías de transporte son los buses y trenes. La zona franca está amurallada. En su interior se encuentran las tiendas de comercio de todo tipo de productos. Recorrer la zona requiere de mucha caminata, por lo cual se recomienda averiguar primero dónde ir para comprar lo que se busca, y tener la precaución de llevar agua y algo comestible ya que es probable que el recorrido demande muchas horas.
En Punta Arenas, Chile, se encuentra otra de las zonas francas que reciben gran concurrencia de público. Es uno de los principales puntos de concentración turística. Para los visitantes de la ciudad austral, el paso por las estanterías donde se encuentran los productos más variados y de las más diversas procedencias, es un requisito obligado para llevarse todo.
Unas 15 mil personas visitan diariamente la zona franca de Punta Arenas. El Mall Zona Austral es un gran imán para pasar horas recorriendo sus cerca de 80 tiendas y tomarse un recreo gastronómico entre tantas horas de shopping. Puede visitarse todos los días del año.
Algunos puntos del planeta suelen ser más convocantes que otros para la comercialización de mercancías. Las medidas de exención impositiva actúan como un gran motivador del movimiento económico. En todo el mundo, los puertos y estaciones aéreas suelen encontrarse locales donde se comercializan productos libres de impuestos.  Sin embargo, si lo que se busca es recorrer gran cantidad de tiendas, perderse entre las ofertas de artículos diversos, las zonas francas que se esparcen en puntos estratégicas del globo son todo un desafío. Algunas zonas de libre comercio se encuentran en sitios como República Dominicana, Costa Rica, Bahamas, Puerto Rico, Colombia, Venezuela, Finlandia y Egipto.
Se estima que en el globo terrestre hay alrededor de 2500 zonas francas que a partir de los beneficios aduaneros promueven el desarrollo económico y la generación de empleos. En algunos sitios son lugar obligado para la visita de los turistas, que además de recorrer los principales atractivos del lugar, son la excusa perfecta para llenarse de bolsas y comprar sin culpas.
¿Alguna vez visitaste una zona franca? Compartí aquí tu experiencia.
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