Por Verónica Luna
Las ruinas son testimonios. Cuentan historias, ocultan misterios, despiertan asombro, generan atractivo, motivan la curiosidad y el interés, impulsan el estudio y la investigación. En todo el mundo, civilizaciones en diferentes épocas dejaron señales de su existencia, de sus creencias, y su cultura.
Macchu Picchu es uno de los principales atractivos turísticos de Perú. Las ruinas del antiguo imperio Inca que abarcó una gran parte del territorio andino, contiene templos, andenes y canales de agua que generan asombro entre los visitantes. Es una obra de arquitectura e ingeniería que impresiona. Pero sobre todo es un lugar tan místico que la atmósfera sagrada envuelve a todo el paisaje.
La antigua ciudad perdida, creada en el siglo XV, saqueada en el siglo siguiente, es un tesoro para toda la Humanidad. Ciudadanos de todo el mundo reclaman un instante en esa geografía mágica donde el ser entra en armonía con el universo y alcanzar esa meta se convierte en una proeza divina. Frente a las demandas turísticas fue necesario que las autoridades tuvieran que restringir el ingreso para proteger ese patrimonio mundial.
Las ruinas de Tikal en Guatemala son otros de los sitios arqueológicos importantes que quedaron al descubierto en el continente americano y que se convirtieron en Patrimonio de la Humanidad, tanto por su aspecto cultural como por la naturaleza que lo rodea. La ciudadela precolombina, cuyos inicios se remonta al siglo VI a.C. llegó a contar con 100 mil habitantes. Entre sus vestigios se encuentran templos, pirámides, palacios, que permiten viajar hasta los orígenes de la civilización maya.
Las construcciones formaban parte de un gran epicentro cultural y político, y que alcanzó el esplendor entre los siglos II y IX de la era cristiana. A partir del siglo X comenzó el declive de una de las mayores civilizaciones de América. Los Mayas dejaron como testimonio de su obra una enorme cantidad de piezas monumentales.
El Parque Nacional Tikal, ubicado en el departamento de Petén, a unos 300 kilómetros de la capital nacional, es el ámbito en el que se encuentran las ruinas y la selva que es el refugio de una diversidad de flora con árboles centenarios y fauna que incluye monos y tucanes.
En la Península de Yucatán, México, a tan solo dos horas de Cancún, se encuentra otro de los destacados y muy importantes sitios arqueológicos del mundo, Chichén Itzá. Fundada por los mayas entre los siglos IV y VI d.C. fue invadida por los toltecas en el siglo IX, produciéndose la fusión de ambas culturas. Su crecimiento fue enorme, alcanzando su apogeo en el siglo XII. El Templo de Kukulcán, es el de mayor relevancia, dedicado a la deidad representada por la serpiente emplumada, está considerado como una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno.
Cada año más de un millón de turistas visitan estas ruinas donde también se destacan el observatorio desde donde los antiguos pobladores hacían cálculos astronómicos, el Templo de los Guerreros, el campo de juego de pelota y el Cenote Sagrado, un sitio dedicado a la realización de ofrendas y sacrificios.
A 50 kilómetros de la ciudad capital de México, las ruinas de Teotihuacán son otro de los grandes atractivos arqueológicos del país azteca. Las pirámides del Sol y la Luna, aparecen entre las más destacadas en el conjunto de edificios de la ciudadela.
El Partenón griego, el templo dedicado a la diosa Atenea, construido en el siglo V a.C. es sin dudas una de las construcciones más importantes de Europa. El principal edificio de la Acrópolis, construido en mármol blanco, con columnas de estilo dórico, es uno de los monumentos más importantes que se conservan desde la antigüedad.
Casi dos mil son los años de antigüedad que tiene el antiguo Coliseo romano. Fue el mayor anfiteatro del imperio. La construcción tiene 188 metros de longitud, 156 de ancho y 57 metros de altura. En su interior albergaba a 50 mil personas que presenciaban distintos espectáculos de circo y gladiadores. Alrededor de 6 millones de personas visitan las ruinas del antiguo edificio, considerado una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.
El complejo de templos y palacios antiguos situados en el Parque Histórico de Ayutthaya es uno de los más llamativos del continente asiático. Fundada en el siglo XIV, llegó a contar con 1500 templos y 4000 estatuas. Aunque fue destruida en el siglo XVIII por el ejército birmano durante la guerra birmano-siamesa, muchos de sus palacios y monumentos siguen en pie. Sus ruinas están ubicadas a 80 kilómetros al norte de Bangkok, la capital de Tailandia.
Babilonia, una de las ciudades más famosas de la antigüedad, fue un destacado centro cultural y político, ubicado a orillas del Río Éufrates. La ciudad gozó de siglos de apogeo. Sus jardines colgantes se ganaron un lugar entre las antiguas maravillas del mundo. Las ruinas se ubican a 88 kilómetros al sur de Bagdad, la capital iraquí.
Muchas son las ruinas que se encuentran dispersas en distintas partes del mundo. Las Pirámides de Giza, en Egipto, la Gran Muralla China, Petra en Jordania y muchos otros sitios, son sólo ejemplos. Símbolos de una época de esplendor, las ruinas son un legado del pasado que se disfruta en el presente.
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Fotos: Pixabay
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